Me quedé helada por unos segundos ante la confesión, boqueando cual pescado fuera del agua. ¡No se puede ser más descarado! Menciona a mi amiga y luego me dice eso, con esa estúpida sonrisa burlona.
Al cabo de unos segundos, me recompuse, y usé mis manos para empujarlo con toda la fuerza que tenía, pero solamente lo alejé un poco. Aproveché la grieta para tomar mi bolso del suelo e ir al trote hacia la puerta. En cuanto mi mano tocó la manilla, la suya se colocó sobre la mía con suavidad. Acercó sus labios a mi oreja, y rozó con ellos mi lóbulo haciéndome estremecer.
—Me gusta cómo reaccionas. Me había estado preguntando qué efecto causaría en ti desde que vi cómo actuabas con Woo —el hecho de que no dudara en mencionar a los otros dos solo me avergonzaba más. No tardaba en hacerme sentir como si estuviera haciendo algo malo, aún cuando técnicamente no era así.
Sin embargo, sentía que traicionaba a mi amiga.
—No soy un juguete —sentencié sin siquiera voltear a verlo, girando la perilla y huyendo a toda velocidad.
Llegué a mi aula asignada, recibiendo miradas extrañadas de los demás. Yo, la niña buena, llevaba dos llegadas tarde –técnicamente– por el mismo tipo. Y aunque los demás no estuvieran al tanto de la razón, me sentía observada. El profesor se limitó a saludarme y dejarme pasar, cosa que agradecí.
—¡Ah, pero si hubiera sido yo...! —reclamó en broma un alumno del fondo, Soonyoung. Yo solo pude esconderme más en la capucha de mi suéter.
—Cuando usted tenga las calificaciones que tiene la señorita Yang, podrá llegar a clases desnudo si le place —me defendió el profesor, señalándolo con su lapicero.
—Eso quiere decir que tienes que venir desnuda, Yoojin —bromeó mi compañero de puesto en un susurro.
—Ahora quiero tener las calificaciones de Soonyoung —reímos.
Boo Seungkwan era un chico tierno y simpático con el que compartía varias clases, y se podría decir que también era mi amigo. Siempre que teníamos la oportunidad nos sentábamos juntos. Él tenía casi tan buenas calificaciones como yo, por lo que era un buen compañero de estudio.
Continuamos la clase en silencio y escuchando atentamente al profesor, como acostumbramos a hacer. A unos pocos minutos de terminar la clase, sin embargo, habló:
—¿Se puede saber por qué llegaste tarde? —me sobresalté con su murmullo, cosa que llamó la atención de los alumnos en los alrededores por unos segundos. Mi rostro no pudo evitar encenderse.
—Y-yo... —no conseguía las palabras para explicarme. Cuanto más buscaba, más recordaba cómo de cerca había estado su rostro.
—Oh, ya veo —dijo, y soltó una risilla entre cómplice y pícara.
—¡No! —grité en un susurro. Lo que menos quería era que el profesor nos regañara—. No pienses nada raro. Solo me atrasé buscando mis libros.
—Nunca te pasa, por algo pregunto —puso los ojos en blanco con una sonrisa—. ¿Podrías ser más obvia?
Fruncí el ceño— ¿A qué te refieres?
—Es un chico, ¿no? —acusó, a lo que abrí los ojos hasta que me dolieron. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no caer de mi silla, y él parecía no poder dejar de reír.
—¿Quieres... bajar la voz? —volteé a los lados para asegurarme de que nadie estuviera prestándonos atención—. Nada de eso, en serio solo buscaba mis libros.
—¡Si se te nota a kilómetros! ¡Mírate la cara, Yoojin! —no quitaba la sonrisa—. ¿Quién es?, dime.
—No es nadie —sentencié, rodó los ojos en respuesta—. Estaba buscando mis libros.
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Flirt || Jung Jaehyun
Fanfiction¿Cómo evitar los sentimientos? Es imposible. Para una chica tan inocente -o despistada- como Yoojin, el escuchar a su mejor amiga decirle a un chico que la deje en paz la pone alerta al instante, corriendo a su rescate sin dudarlo o siquiera confirm...