flirt | 21

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No había podido dormir bien, pues me estaba comiendo la cabeza pensando en todo lo que estaba viviendo con Jaehyun, cada vez poniéndome más ansiosa. ¿Qué pasaba si lo que tenemos es más peligroso de lo que parece? Además de las cosas obvias –como ser descubiertos–, se le añadía lo encantador que era estar con él. Y eso era un problema, porque hasta el momento éramos amigos que de vez en cuando se besan, pero comenzaba a dudar que fuera tan casual como sonaba.

Para mí, que era una persona bastante carente de experiencia, en realidad era difícil saber si las cosas iban como se supone que tienen que ir. Porque sí se supone que solo se trata de besos a escondidas –terminó por gustarme el título–, pero comenzaba a pensar que no hemos cumplido exactamente con los límites que debe tener esto.

Sin embargo –y por ello lo ansiosa–, en realidad no creo que me gustaría, en realidad, cumplir con ese límite. Porque no rechazaría otra cita con Seungyeon para venir a mi casa a jugar videojuegos con mi hermano y sus amigos, tampoco pasáramos las noches en vela hablando ni me diría cosas tan lindas. Podía decir que las largas charlas por llamada era entre solo dos amigos que se llevaban bien intentando conocerse mejor, pero ¿cómo justificaba ese sentimiento de emoción cuando llegaba un mensaje de su parte?

Me había estado negando a aceptar lo cálido que se sentía cuando me decía algo bonito, pero, a estas alturas, todavía no podía sacar de mi cabeza aquella vez que me dijo que estaba decidido a que me enamore de él. ¿Se supone que debo tomarlo en serio? ¡Dios! Ni siquiera sabía si estaba bromeando, y ya me tenía como idiota incapaz de sacarlo de mis pensamientos, interrumpiendo mi horario de sueño.

En fin, que debo admitir que aquel discurso fue mi manera de excusarme por estar ahora mismo en Detención.

Sí, la Yoojin con asistencia y calificaciones perfectas, aquella que nunca llegaba tarde a clases ni se atrevía a saltarse alguna, estaba ahora mismo castigada por quedarse dormida en Química. O mejor dicho, la Yoojin que se besaba con el chico de su mejor amiga y se había quedado hasta la madrugada hablando con él, lo estaba.

No estaba sola en el aula, aunque en realidad no creo que fuera un alivio. Los puestos estaban ocupados hasta la mitad, todos por alumnos con más pinta de delincuentes que otra cosa, y estaba de más decir que no conocía a ninguno. Si me sabía sus nombres era porque llevábamos media vida en la misma institución, pero jamás había estado siquiera en el mismo ambiente que ellos hasta ahora.

Para colmo, estaba siendo resguardada por el odioso profesor de Debate. Solo había visto clases con él por un año, pero ya era más que suficiente. Además, la combinación de sus espontáneos regaños y las respuestas groseras del alumnado era insoportable.

De repente, en uno de los breves momentos en los que tomó asiento –quizá para pensar en su próximo sermón–, unos toques sonaron desde la puerta. El profesor se levantó a atender a quien fuera que estuviera interrumpiendo su pacífica asignación, y aunque no pude escuchar nada ni ver de quién se trataba, rápidamente se excusó y salió en compañía del otro.

Naturalmente, mis compañeros explotaron por la necesidad de continuar con sus conversaciones, ya que ahora tenían más libertad. No me dio oportunidad de pensar en cuán sola y aburrida estaba ya que sentí mi teléfono vibrar en mis pantalones. Evité una reacción ante las palabras en la pantalla, de verdad no quería que estas personas me vieran sonriéndole como tonta al teléfono, pero fue en serio difícil.

Volteé a ver la ventana del salón y allí estaba él, sonriendo y haciendo señas para que saliera, secundando su mensaje, que decía "estoy afuera, escapa conmigo". Negué de inmediato, aún sin poder ocultar mi sonrisa.

"Si el profesor me descubre estaré muerta", fue mi respuesta. "Johnny está encargándose de ello, no dejes que sea en vano", fue la suya. Sin más, desapareció por las plantas del patio de la escuela. No tuve más remedio que hacerle caso, con el corazón en la garganta. Salí del salón y recorrí los pasillos tan rápido como pude sin hacer ruido, lo cual era más lento y más sonoro de lo que me hubiera gustado. Sin embargo, pronto estuve en la entrada.

Flirt || Jung JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora