flirt | 02

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—¿Te vas a comer eso? —salí del trance en el que había estado sumida para prestar atención a mi hermano menor, que señalaba un par de papas fritas de mi plato. Asentí por seguir un poco distraída, consiguiendo que él celebrara y se las llevara todas—. Gracias, rarita —soltó en un tono burlón.

A pesar de su leve insulto –y que normalmente lo hubiera golpeado–, no le presté atención y solo seguí en lo que estaba anteriormente: con la mirada en un punto imaginario y sin prestar nada de atención a la cena. Mi vida no era realmente ajetreada, nunca me pasaba nada interesante o inusual como aquello, por lo que ahora no lograba sacarme de la cabeza el bochorno al que me había sometido a voluntad propia.

Y es que, ¿quién me mandó a meterme a donde no me llamaron? Cada vez lo veía más claro: su tono y su risa no habían sido incómodos, fríos o de rechazo, yo simplemente había malinterpretado todo y ella estaba, justo como me lo aclaró Seungyeon misma, jugando con él.

—¿Me estás escuchando? —volví por segunda vez a la realidad, en esta oportunidad por causa de mi madre, que me veía con una ceja alzada y una leve molestia—. Llevo rato y rato hablando contigo. Solo Dios sabe en qué andas pensando, Yang Yoojin —negó y siguió con su comida, soltando un suspiro cansado.

—Lo siento —subí las manos en señal de rendición. Pronto terminé de comer y subí a mi habitación.

A pesar de estar muy cansada por la vida escolar y demás, no pude dormir sino hasta la madrugada, por lo que al sonar mi alarma no quería siquiera pensar en levantarme. Sin embargo, como es de esperarse de alguien con récord perfecto de asistencia, calificaciones, madre y cobardía como las mías, me arreglé rápidamente y salí en busca de Seungyeon, pues tenemos esta dinámica en la que paso por su casa antes del colegio para llegar juntas.

—Buenos días —canturreó, con su característica sonrisa acompañándola. En su mano tenía un vaso térmico lleno de café que me extendió de inmediato para compartirlo por el camino.

—Ni tan buenos —solté, bufando—. No pude dormir nada.

—¿Y eso? —inquirió curiosa, haciendo que me encogiera de hombros—. Yo tampoco dormí mucho que se diga, pero lo mío tiene nombre y apellido —confesó, con una amplia sonrisa que denotaba orgullo.

—¿Jung Hoseok? —un muchacho con el que había estado coqueteando desde hace unas semanas, por lo que me pareció lógico. No obstante, hizo una mueca de disgusto y fingió arcadas.

—Claro que no —dijo—. Jung Jaehyun.

Ladeé la cabeza— ¿Y quién carajos es ese?

—El chico al que casi te comes vivo ayer. Es de último año, nos conocimos en estos días por un amigo suyo.

—Oh, claro... —me escondí un poco en mi cabellera, para ocultar como pudiera el color que inundaba mis mejillas producto de la vergüenza de recordar los sucesos del día anterior.

—Deberías conocerlo, ya verás cómo te cae bien. Ayer te hiciste una imagen errada, es muy divertido —dijo, intentando convencerme. Bastante improbable, si me preguntan, puesto que no quisiera volver a verlo en mi vida.

—No lo creo, luego será parte de los tipos que me preguntan por ti diariamente. Me voy preparando para el interrogatorio de Hoseok.

—¡Auch!

***

—¿Entonces por qué no contesta mis mensajes? —preguntó el vulnerable chico, con los ojos brillando de tristeza. Pasé mi mano por su espalda, incómoda a más no poder. A este punto debería estar acostumbrada a tratar con los restos –sus palabras– de Seungyeon, pero nunca dejaba de sentirse mal.

Flirt || Jung JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora