flirt | 10

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Era jueves. En mi vida, "jueves" era sinónimo de infierno, sinónimo de tortura, de terror. Y es que ese era el día de la semana en el que nos tocaba hacer educación física, cosa que a mí no solo me desagradaba. Las instalaciones del instituto eran lo suficientemente grandes como para que me exploten en cualquier deporte imaginable con constancia.

Lo único relativamente bueno era que compartía la clase con todos mis amigos, incluso Boo. El último era siempre mi pareja en el caso de que se necesitara una, ya que los novios lógicamente iban juntos y Seungyeon siempre me dejaba por cualquier chico que se lo pidiera.

El uniforme era, también, algo que me molestaba. Mi vestimenta es usualmente muy cómoda, todo holgado y agradable. En cambio, para la materia se tenían que usar unos shorts y una camiseta deportiva. Las demás chicas sacaban provecho de esto, incluso Miyeon, tomando la combinación más diminuta. A mí tampoco me quedaba de otra.

—Hoy jugaremos quemados —anunció la profesora. No era nada raro, más bien acostumbrábamos a jugar eso cuando no se le ocurría nada más que evaluar.

Rápidamente se decidieron los equipos, los líderes eran Seungcheol y otro chico, uno popular que hacía suspirar a todas. Por ende, tanto Miyeon como yo estábamos en el primer equipo, pero Seungyeon había sido seleccionada por Mingyu, que aprovechaba la situación para hablar con ella.

Yo solo corría de aquí para allá. No era para nada atlética, pero mis ganas de llevar una hostia en la cara por una pelota eran nulas. Seungkwan, que también estaba en mi equipo, huía a mi lado.

—¡No los escogí para que se escondieran! —reclamó Cheol, a la vez que con una velocidad increíble golpeaba a un integrante del equipo contrario.

—¡Entonces no sé para qué me escogiste! —respondí, usando el cuerpo de Seungkwan como escudo. Me agaché a sus espaldas, tomando sus costados con fuerza.

—¡Quita! —se removió bajo mi agarre. Por estar distraído conmigo –de todas formas hubiera sucedido–, recibió un balonazo en las costillas. Me fulminó con la mirada, en lo que se sentó aparte.

Ahora sí, situación crítica.

Seungcheol lo daba todo en el juego, Miyeon ya había perdido. Los demás estaban demasiado concentrados en no morir o en matar como para protegerme o servirme de escudo. Me encontraba por mi cuenta, sin lugar al que huir y con los nervios de punta.

De la nada, un balón rodó hasta mis pies desde el fondo del gimnasio. Los demás parecían ocupados, tanto como para fijarse en lo que ahora tenía en manos. Miré a mi alrededor, y me conseguí con unos ojos pícaros que me guiñaron. El personaje se encontraba bajo una sombra, junto a los estantes con los balones de repuesto.

¡Jaehyun se había acercado a mi clase y me había ayudado!

Con una desconocida energía, tomé el objeto con fuerza y me acerqué a la línea que dividía ambas partes de la cancha y definía el área de cada equipo. Ahí, lo lancé con todas mis fuerzas, cerrando mis ojos por inercia. Mi objetivo era Seungyeon, pero ante la ausencia del sonido del golpe alcé la vista, notando que esta tenía el mismo balón que le había lanzado en manos.

Dramáticamente, caí de rodillas al suelo, viendo cómo ella se acercaba de a poco con una sonrisa retorcida en su rostro. Me veía desde arriba, con un aire de superioridad. Para apoyar nuestro teatro, uní mis manos en una plegaria, suplicando clemencia.

—Acepte su muerte con dignidad, Yang —hice una mueca, y bajé mis brazos asintiendo—. ¿Últimas palabras?

—Por una muerte honrada —declaré, alzando la barbilla. En el fondo sonó la voz de Boo soltando un "termina de golpearla, no tenemos todo el día". Así, lanzó el balón con fuerza en mi hombro, haciendo que cayera de espaldas al suelo con un quejido—. Maldita —murmuré, poniéndome de pie y sentándome junto a los demás.

Flirt || Jung JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora