Desayuno

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Daniela abría uno de sus ojos con pesadez al sentir unos lametazos en su mano y cara. Sí, sus amigos perrunos hacían acto de presencia con una revolución a su dueña por falta de atención y comida.

— Empiezo a creer que están celosos. — murmuró adormilada.

Quería dormir un poco más, había quedado muy cansada de su maratón de sexo corrido toda la noche y madrugada, Daniela rió al solo escuchar un "wof" por respuesta.

Se estiró en la cama escuchando crujir sus huesos, vio a su costado y ahí estaba una María José dormida, su cabello largo color negro cayendo cómo cascada por su espalda desnuda, su trasero solo cubierto una sábana lo cubría.

«¿Cómo es que está mujer es así de sexy hasta durmiendo?» pensó quitando el cabello de la espalda de María José.

Efectuó una ligera mueca avergonzada al ver unas cuántas marcas de sus uñas adornando la espalda de la morena, negó y dejó un suave beso en la espalda para salir de la cama y atender a sus roomies perrunos.

Definitivamente no esperaba un brazo en su cintura deteniendo toda acción, siendo encarcelada por un cuerpo que se puso encima de ella al tirarla a la cama, soltó una risita.

— ¿Adónde creés qué vas?

La voz ronca de la empresaria chocó contra el cuello de la castaña al esconderse ahí, sujetando a Daniela de la cintura sin intención de soltarla.

— Voy a darle de comer a ciertos personajes con pelos que están aquí.

Daniela sonrió al sentir los largos dedos de María José recorriendo un camino por su cintura, viajando por su espalda con delicadeza.

— Solo porque amo a esos perros hermosos te dejaré ir. — arrojó con voz divertida.

La morena sacaba el rostro del cuello de Daniela para verla con una sonrisa radiante.

«Malditos hoyuelos que me derriten» pensó la castaña con una sonrisa.

— No tardes, ¿si?

María José dejaba un corto beso en los labios de Daniela. ¿Les importaba el mal aliento? No, claro que no.

Daniela terminó de salir del agarre de María José y fue a su baño para hacer su aseo personal, se colocó una camiseta larga y unas bragas.

Observó a María José y estába en la cama nuevamente dormida, sonrió a medias y salió de la habitación en busca de los roomies perrunos.

Los ladridos no se hicieron esperar en ellos.

— Ya voy, ya voy. — dijo riendo.

La castaña alcanzó la comida de los perros y sus tazones, rápidamente les dio de comer a ambos perros dejándoles agua.

Una vez hecha esa tarea se dispuso a hacer el desayuno, no iba a hacer algo muy complicado así que estaría rápido. Al encontrarse de tan buen humor decidió colocar música mientras cocinaba.

The way that Gucci look on you, amazing. «La forma en que se te ve ese Gucci, es increíble»

But nothing can compare to when you're naked.
«Pero nada se compara con cuando estás desnuda»

Daniela tarareaba la canción que se escuchaba en la cocina, mientras ponía el desayuno ya listo en los platos, encaminó sus pasos hasta la pequeña mesa de cuatro sillas dejando el desayuno ahí.

— Beautiful, beautiful, beautiful, beautiful angel. — susurró.

Unos brazos en su cintura hicieron que detuviera su mini concierto, sonrió ampliamente.

Propuesta Indecorosa || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora