Secretos de Familia [SenTan-KyoTan]

•|Capítulo 5|•

El pasar del día era algo aburrido para el Joven de ojos rojizos, puesto qué el, un Omega, era siempre llamado a hacer o ayudar en los quehaceres de la casa. Sin embargó Senjurou le había dicho qué el se ocupaba de eso desde qué era pequeño y su hermanó se convirtió en Cazador, en otras palabras, Tanjirou se encontraba sentado en el suelo mientras observaba al Pequeño rubio barrer con agilidad.

-¿Asi qué... Tú madre murio cuándo eras muy chico?-

Preguntó, intentando no ofenderlo. Pero el Alfa sólo limpió el sudor de su frente Y le sonrió.

-Si, Creó qué tenia como 4 años y Niisan tenia 12-

Tanjirou sonrió ante su tono de voz.

-Quieres mucho a Tú Niisan, ¿No es así?-

Senjurou lo miró por un momento y volvió a sonreirle.

-Si-

El Omega no pudo evitar recordar a su Hermana, a decir verdad la extrañaba mucho, sin importar qué ella lo allá abandonado, el la quería.

-Yo también quiero mucho a mi Hermana Mayor, aún que ella me allá abandonado, yo la sigo queriendo -

Senjurou se sintió algo mal ante su comentario, aunque sonriera podia notar su notable tristeza, esa qué de vez en cuándo podía observar de su Hermanó Mayor.

-¡Senjurou!, ¿¡Él almuerzo esta listó!? -

Ante el gritó del mayor ambos menores se tensaron, El de ojos dorados rápidamente tiró la escoba y corrió hacia la cocina, siendo seguido por el Omega.

-D-deberias esperar a qu- -

-Descuida, Entre dos lo haremos más rápido, no se me caerán los dedos por ayudarte en el almuerzo -

Por lo qué había visto Tanjirou, La rutina de Senjurou era bastante dura, tanto física como Mentalmente. Se levantaba temprano y limpiaba el hogar por dentro, luego preparaba el Almuerzo y luego seguía limpiando el hogar por fuera.

Físicamente entendía porqué dormía a penas tocar su futon. Y en pleno Almuerzo, entendió porqué tenia pesadillas por las noches.

-Descuida, Esto cambia un poco cuándo Niisan está -

Mencionó, limpiando los restos de aquélla jarra de vino qué su padre había reventado al enojarse con él. Tanjirou quiso moverse, defenderlo, pero el Alfa le negó aquello con una mirada tranquila y amable.

-¿Estas bien?-

Y Senjurou sonrió por lo bajó.

-Si, no te preocupes.-

Continuará.