seven.

1.3K 201 149
                                    

"Mi compañero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Mi compañero. Mi soldado. Mi culpa."

Lagos, Nigeria. 3 de mayo, 2016

Natasha Romanoff permanece sentada cómodamente en su silla en el centro del café de la calle. Gafas de sol oscuras protegen sus cautelosos ojos verdes y sostiene una pequeña taza blanca en sus labios, respirando el aroma del té fuerte. Un viento africano caliente arrastra la calle bulliciosa, atrapando su cabello recién peinado y rozándolo por su cara.

—Dime —la voz tranquila de Steve Rogers resuena dentro del comunicador descansando cómodamente en su oído interno—, ¿qué ves?

Una chica de cabello oscuro, sentada algunas mesas detrás de Natasha, mira por encima de su hombro y debajo de su gorra verde.

—Los clásicos polis locales. La comisaría no es grande. La calle es tranquila. Es un buen objetivo.

—Hay un cajero en la esquina, lo que significa... —el supersoldado la lleva a responder la declaración.

Wanda Maximoff, uno de los miembros más nuevos de su equipo, dice tranquilamente en su manga:

—Cámaras.

—Las calles que cruzan son de un solo sentido.

—Son vías de escape arriesgadas —Wanda mira los periódicos salpicados sobre su mesa redonda, todos marcando los robos del villano llamado 'Crossbones'.

—A nuestro hombre no le importa que le vean, ni teme causar destrozos en su huída —Steve continúa constantemente—. ¿Ves el Range Rover que va avanzando?

—¿Ese rojo? —comenta Wanda suavemente—. Es mono.

—Y está blindado —agrega repentinamente la voz de Natasha, enumerando constantemente—, lo que supone seguridad privada, es decir, más armas, es decir, más problemas para alguien, seguramente nosotros.

—Recordáis que puedo mover objetos con la mente, ¿verdad? —Wanda entrecierra los ojos, tomando un sorbo de la taza.

—Mantenerse siempre alerta debería ser ya un acto reflejo —Nat continúa en voz baja y tranquila, enviando a la menor de las dos una pequeña sonrisa.

—¿Nunca te han dicho que eres un poco paranoica? —cuestiona Sam, mirando la ciudad desde arriba.

—A la cara no. ¿Por qué? —pregunta Natasha sarcásticamente—. ¿Has oído algo?

—Objetivo a la vista —Steve de repente interrumpe sus bromas—. Por fin podremos detener a Rumlow después de seis meses. No quiero perderlo.

Por mucho que no quiera admitirlo, los ojos de Natasha parpadean con un acuerdo amargo y enojado. Todos los que se asociaban con ese momento, con esos días con su hija, necesitan ser encontrados. Los buenos serán salvados. Los malos serán retenidos. No hay espacio para nada más.

RESURRECTION OVERTURE ▹ barnes-romanoff (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora