двадцать.

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𝐀𝐂𝐓 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄.
chapter twenty
what they deserved




POR AHORA, ESTÁN A SALVO.

Taskmaster va tras ellas en la dirección equivocada, bajando en lugar de subir donde se han escondido a rastras. La gente sigue corriendo y gritando en la estación de metro, pero nadie sabe dónde están. Svet permanece acurrucada contra su madre, con la mano metida en la espalda de su chaqueta, intentando controlar su jadeante respiración.

Cuando Yelena gime en silencio, Natasha mira rápidamente a la rubia.

—¿Estás bien?

—Sí, ¡qué buen plan! —se burla mientras se sienta lentamente y se ata un vendaje improvisado para su brazo sangrante—. Me encanta esa parte en la que casi muero desangrada.

Natasha casi pone los ojos en blanco mientras Svet se ríe un poco, limpiando sus palmas cortadas y sangrantes en sus vaqueros negros. Le escuece el contacto, pero también se siente bien. Le recuerda que podría ser peor. Un poco de vidrio y sangre no es nada comparado con todo lo anterior.

Por un momento, tanto Svetlana como Yelena echan un vistazo a su alrededor. El espacio es pequeño pero no incómodo, y parece casi como si fuera un tipo de lugar seguro que se ha utilizado antes.

—Qué acogedor es esto.

Natasha mira hacia arriba.

—Barton y yo pasamos dos días aquí escondidos.

Svet deja que su dedo recorra los juegos dibujados en la pared de metal, con la cabeza ladeada, y los labios contraídos en una pequeña sonrisa. Bucky le enseñó algunos en esas muchas horas sentada en medio de la noche, sin poder dormir en algún piso franco de Europa del Este. Cuando no le contaba historias, el juego preferido era el tres en raya. Papa siempre la dejaba ganar.

Yelena hace una mueca.

—Tuvo que ser una juerga.

Se sientan en silencio durante unos momentos más, sólo sus pesadas respiraciones llenan el vacío que ahora hay entre ellas.

—Así que, era Taskmaster... ¿Quién es en realidad? —Natasha finalmente pregunta.

—El proyecto especial de Dreykov. Puede imitar a cualquiera que haya visto. Es como luchar contra un espejo. Dreykov solo lo usa para misiones de alta prioridad.

Su madre entrecierra un poco los ojos y sacude la cabeza.

—Esto no tiene sentido.

—La verdad pocas veces tiene sentido cuando omites detalles clave —suelta Yelena.

Natasha reacciona, preguntando con los dientes apretados.

—¿Y eso qué significa?

—No has dicho una palabra de la hija de Dreykov.

Svet mira con cautela sintiendo que la tensión ondea como la electricidad en el aire. Nunca supo que Dreykov tenía una hija, ni sabe qué tiene que ver esto con su mamulya.

Pero entonces Yelena acusa:

—La mataste.

—Tuve que hacerlo —la voz de Natasha es intencionadamente baja cuando asiente—. Necesitaba que me llevara hasta Dreykov.

Un escalofrío recorre la piel de Svetlana, haciendo que se le ponga la piel de gallina en los brazos, en la nuca.

Natasha recuerda ese día claramente como si fuera ayer.

RESURRECTION OVERTURE ▹ barnes-romanoff (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora