Prólogo

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Los gemidos inundaban lo espacioso de aquella habitación, el de cabellos azabaches se encontraba completamente extasiado con los movimientos del más alto, le excitaba tanto escuchar aquel húmedo sonido de Guille chocando contra su piel o de la cama rechinar y crujir debido a la intensidad de las embestidas del contrario, Rubius no estaría en la hermandad y nadie podía acercarse a ella por lo que sus gritos de placer ahogados en humedad estaban a salvo en esa guarida. Rogaba y temblaba por más, amaba sentir como el otro era tan poco cuidadoso con su cuerpo como sabiendo que no le lastimarla aunque quisiera, las manos del albino se agarraron de la cabecera de la cama, empujando con fuerza contra el punto G del de ojos anaranjados, el cual a su vez, sentía que podría desmayarse de placer, se sentía débil, mareado, esa sensación le encantaba, le encantaba sentirse indefenso, joder, Willy era tan bueno en el sexo...

 Rogaba y temblaba por más, amaba sentir como el otro era tan poco cuidadoso con su cuerpo como sabiendo que no le lastimarla aunque quisiera, las manos del albino se agarraron de la cabecera de la cama, empujando con fuerza contra el punto G del ...

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Te estás metiendo en un terreno peligroso, pequeño, tener sexo en silencio suponiendo ser lo suficientemente fuerte para soportarlo y callarte solamente te llevará la contra y terminará por jugarte la mala pasada, es sencillo, aprendes a jugar o mejor no lo hagas


-Que hicieron en la hermandad mientras no estuve?-

-Nada en particular...-




𝙲𝚊𝚛𝚒ñ𝚘, 𝚜é 𝚘𝚜𝚌𝚞𝚛𝚘 (Willgan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora