Historias BxB lemon y no lemon. Les cambiaré la personalidad y los diferentes escenarios, por lo que no será a gusto de todos.
Serán bastante largos y extensos.
No suelo aceptar peticiones, lo siento. Escribo lo que imagino y siento y me sería dif...
-Pasa -la puerta de esa casa fue abierta por mi mejor amigo, el cual empezó a andar en cuanto la misma puerta fue cerrada a mis espaldas-. Voy a por algo de picar, ya sabes dónde es -al terminar de decir eso se fue por el pasillo y se desvío a la cocina.
Mis pasos resonaban por el suelo de parqué y al fin llegué ante una puerta en la que había varios carteles en los que ponía "Get out" "Danger" "No molestar". Agarré el pomo plateado y entré, seguía todo como siempre. Una pequeña habitación con las paredes con azul oscuro y negro en degradé con muebles también azules. Me senté en la cama empotrada en una de las esquinas y prendí la televisión de pantalla plana y cogí uno de los mandos tras encender la consola. Me acomodé encima de la cama de piernas cruzadas.
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Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevábamos jugando, solo tenia en cuenta que yo estaba ganando. Creo que a Onnie le enfurece eso, pues que aprenda a no retarme al Mario Cart jajaja.
Las frituras se estaban acabando pero no me importaba, solo acabar esta ultima vuelta. Cuando ya casi llegaba a la meta, el muy hijo de su mami, ME DIO CON UN CAPARAZÓN AZUL Y PASÓ ANTES QUE YO.
-¡Nooooooo!- me quejé.
-¡Toma esa, azulito!- el muy él su puso a celebrarlo- ¡Gano yo!
-Eso no vale.
-Claro que vale, te aguantas. ¡He ganado!- cogió una de las bolsas de papitas y se las echó directamente en la boca.
Yo solo refunfuñaba por lo bajo, quejándome por la derrota y su jugada sucia. La puerta fue habierta de repente y esa persona gritó el nombre de mi amigo.
-¡Onnie, ¿donde carajos metistes MIS gomitas?!- apareció un chico pelimorado de piel blanca y ojos rojos que se calmó al ver que yo estaba aquí.
-¡No me grites! ¡¿Y por qué carajos vas vestido así?!- y no era para menos.
El pequeño chico solo tenia puesto una camisa blanca con los botones del cuello desabotonados y que apenas le llegaba a cubrir su parte baja, la cual cubría con un bóxer color verde, realmente se veía bien.
-Es mi casa, me pongo lo que quiero -miró a mi amigo con una sonrisa ladina y volvió a fijarse en mí -. No sabia que tenias compañía -sus manos se unieron tras su espalda, su mirada cambió de un momento a otro y sentí como me inspeccionaba de arriba a abajo. Me sonrojé.
-Pues ya lo sabes, ahora largo -le ignoró totalmente y caminó hasta mí meneando casi imperceptiblemente la cadera. Me sonroje más-. ¿Me estas escuchando? -no, nadie lo hace.
-Hola, soy Bonnie -se inclinó para quedar a mi altura y a centímetros de mi cara. Podía ver sus esbeltas piernas si miraba un poco más abajo. Me paralicé y apreté el mando inconscientemente, estoy rojisimo.
