Bon se acomodó mejor sentado en la cama del hotel con el portátil encendido en el regazo, conectando sus auriculares color negro en el momento en que una llamada de Skype empezó. La aceptó de inmediato y su rostro se iluminó de felicidad al ver al chico de cabellos morados al otro lado de la pantalla, sonriendo a la par.
–Hola, conejito.
–¡Maestro!
Le encantaba ese apodo, cómo lo decía el contrario, sus ojos resplandecientes de cariño y admiración. Desde las primeras prácticas de guitarra que Bonnie había insistido en llamarle así y él lo había aceptado por la ilusión del otro –aunque no iba a negar que le subía un poco el ego–. Luego de casi cuatro años de relación, ambos lo creían indispensable, una muestra de amor que sonaba tan perfecta de sus labios.
–¿Cómo estás? Has tardado en llamar hoy. ¿El concierto bien? –habló Bonnie desde casa, ajustándose la bata color crema antes de recostarse de lado en la cama con la cabecera de fondo.
–Ya estoy en el hotel, prácticamente acabo de llegar. ¡Oh, y ojalá hubieras visto el concierto! ¡Nos lucimos! El público no dejaba de gritar e incluso cantaba con nosotros. Fue sensacional, pero cansa como no tienes idea. Suerte que el próximo concierto no es hasta la semana que viene.
Bonnie rió por la emoción de su novio, y porque se le habían colorado las mejillas de la emoción.
–Me habría gustado estar, adoro verte tocar. ¿Y las chicas? No las oigo de fondo –el moreno le vio apoyar el codo en el colchón y la mejilla en la mano, atento a la respuesta.
–Han salido con Spring a por la cena, tardarán un rato en volver.
Bonnie le recorrió de arriba abajo con nuevo interés.
–¿Estás... solo?
El moreno no le prestó atención al tono de la pregunta, tampoco a su significado oculto. Lo atribuyó al Bonnie reservado que tenía vergüenza de las muestras de cariño excesivas en público, y es que Bon simplemente no podía evitar darle mimos a su novio. Afirmó a su pregunta, a lo que el otro contestó un "Oh".
–Bon –dijo en voz baja–, te echo de menos, ya quiero que vuelvas a casa.
La sonrisa radiante de Bon se hizo más escueta y suspiró viendo la expresión tristona en su rostro pálido y precioso.
–Yo también quiero volver ya. Me gusta dar conciertos, pero prefiero estar en casa contigo. ¡Un par de conciertos más y regresaré antes de lo que se toca un acorde!
–Es que te extraño tanto... Desayunar juntos. Pasear por las tardes. Tocar la guitarra... Bañarnos juntos... Sentir tu calor en las sábanas... En mi piel.
Le recorrió un escalofrío por la columna que movió ligeramente el portátil en su regazo. Bonnie se estaba desviando del tema... O le estaba conduciendo justo donde quería. Tragó saliva con suavidad al intentar calmarse, siempre que Bonnie entraba de repente en esa faceta provocativa le cosquilleaba de forma agradable el estómago, y si no tenía cuidado ese cosquilleo iría más abajo. Estar tanto tiempo separados le ponía sensible. Incluso con una leve insinuación –que estaba casi seguro que Bonnie no hizo a propósito– le hacía estremecer.
Se avergonzó cuando un jadeo le impidió decir algo, tomó aire y trató de centrarse en otra cosa que no fuera la mirada de anhelo de su bello conejito.–Bonnie, quería preguntar... ¿Y esa bata?
–Ah, la bata –dijo como si acabase de recordar que la llevaba puesta–. Es que me estaba... dando un baño, y no quise vestirme por el calor.
–Claro, ahí hace calor. Creo que es otra cosa que echo de menos, aquí hace tanto frío que casi se me quedan los dedos pegados a la guitarra –rió más tranquilo percibiendo a la vez a Bonnie reír, una risita tan suya.
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⁺˚*・༓☾One-shots BxB☽༓・*˚⁺
FanfictionHistorias BxB lemon y no lemon. Les cambiaré la personalidad y los diferentes escenarios, por lo que no será a gusto de todos. Serán bastante largos y extensos. No suelo aceptar peticiones, lo siento. Escribo lo que imagino y siento y me sería dif...