- ¿Me acompañas a la cafetería a comer algo? Hoy no tuve tiempo de comer algo antes de llegar aquí. - la peli-negra hizo un puchero con sus labios mientras apoyaba su mejilla en tu escritorio.
Reíste por lo infantil que estaba actuando tu amiga, a veces podía parecer una persona realmente seria y fría cuando estaban investigando algún caso.
Habías logrado ver su lado más cruel al interrogar a las personas.
A veces realmente lograba asustarte a ti a tus demás compañeros.
Pero en algunas ocasiones - la mayor parte de las veces que la veías - actuaba de manera tierna, cariñosa y amable con todos los que la rodeaban, en especial contigo.
Rosangela te consideraba como su pequeña hermanita menor, a la cual debía cuidar y llenar de mimos siempre.
- Claro, solo déjame tomar mi bolso y vamos, yo tampoco desayune. - te pusiste de pie mientras te estirabas.
Rosangela negó repetidas veces con la cabeza mientras se ponía de pie y tomaba tu mano.
- Nooo, vamos a demorar mucho y las personas se llevarán los postres ricos, solo apúrate vamos, yo pagaré. - comenzó a tirar de tu brazo mientras caminaba hacia la salida del departamento de policía.
- ¿Que? - hiciste una mueca confusa.
Pensabas que con «acompáñame a la cafetería para comer algo» se refería a la cafetería del lugar, no a ir a otra.
- Espera, ¿a donde me llevas? ¡Y tengo que llevar mi bolso, espera! - trataste de plantarte en el piso con ayuda de tus zapatos, pero no te sirvió de nada.
- ¡Olvida eso, esta vez invitó yo! - respondió ella.
Tu pequeña estatura y tu fuerza eran bastante inferiores comparadas con las de tu amiga la peli-negra, quien te llevó sin hacer mucho esfuerzo a afuera de la estación, con algunas miradas confundidas por parte de tus compañeros de trabajo.
- Lo veras cuando lleguemos, tomatito. - te llamó por aquel tan particular apodo que ella te había puesto; tus mejillas adoptaron un leve tono rojizo y ella río al verte así.
Hace algunas semanas atrás, ella había decidido ponerte aquel apodo por la vez que te sonrojaste enormemente cuándo mientras hacían bromas ella menciono que tenias una apariencia realmente adorable e inocente.
Connor dijo que cuando ustedes dos estaban solos, no lucías así, y maldita sea, aquel androide había logrado ponerte en evidencia frente a tus amigos, lo hiciste dormir en el sofá durante dos semanas por eso.
Luego del comentario de tu pervertida pareja; tus mejillas adoptaron un tono realmente rojizo mientras tratabas de desviar la mirada y ocultarte detrás de Hank, quien solo río al ver como lo usabas de escudo.
Rosangela hizo una comparación de ti con un adorable tomate, y ¡Pum! Desde ese momento eres apodada tomatito gracias a ella.
- ¡Deja de llamarme así, me pongo nerviosa! - te quejaste mientras abultabas los labios, ella negó con la cabeza, divertida.
- Pero es que te vez taaan adorable. - pico una de tus mejillas con su dedo índice.
Frunciste el ceño y ella solo río aún más.
- Ya, tranquila, cuando lleguemos a la cafetería vas amarme; los postres que sirven ahí son realmente buenos. -- entrelazo su mano a la tuya mientras caminaban por las calles de Detroit, que gracias a una nevada la noche anterior, estaban cubiertas de nieve.
- ¿Hay de frambuesa? - murmuraste en voz baja.
Rosangela volteo a verte y oh, parecías una pequeña niña que estaba tomada del brazo de su madre, ella sonrió ante aquel pensamiento.
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✰ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ ◖ ᴄᴏɴɴᴏʀ×ʀᴇᴀᴅᴇʀ
FanfictionLa revolución de Markus libero a los androides, pero al parecer aquello no ha librado a los androides de los maltratos y prejuicios de los humanos, por tanto los crímenes de odio hacía la comunidad androide se han vuelto "el pan de cada día" el la p...