DOS

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"Hannnn

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"Hannnn..mírate ahora, derribado por el mismo tipo de personas por las que juraste nunca dejar que te controlaran, patético, y luego te preguntas por que la vida no juega limpio..?.." Un susurro provino súbitamente de todas partes, a su alrededor se sacudió despierto el vacio, ecos se esparcian a lo largo de la vasta infinidad, no podía discernir nada específico al respecto, ¿Acaso era dios finalmente quien le hablaba? ¿Por qué estaba siendo tan cruel y no terminaba de una vez con su agonía? ¿Era el quien venía a juzgarle por todos sus pecados? ó posible mente tal vez era solo su propia mente castigándolo desde adentro, ya sea que fuera uno u otro, ahora realmente no le importaba ni tenía la oportunidad de pensar en eso antes de que su conciencia fuera transferida cómo una corriente rápida através de un arroyo.

Su mente nadaba en una oscuridad paralela, sus pensamientos se mezclaban en un lío de palabras y imágenes que no podía controlar, ¿Estaba muerto? ¿Era ésta la otra vida que temían casi todos los seres en la existencia? todo era silencioso, desolado y...¿frío? podía sentir un toque helado en su...¿frente? no podía decir exactamente si todavía estaba apegado a su cuerpo físico, era una experiencia nueva y muy extraña, no una que estaba disfrutando, eso era seguro, pasó un minuto, ¿ó fue una hora? no podía decir la hora, todo parecía igual, siempre que miraba había más infinito y vasto vacío de tono negro, su cabeza estaba entumecida, sus oídos zumbaban suavemente hacia el ruido blanco que se apoderaba de ellos.

"Dios, por favor, no lo permitas, te lo pido, aguanta Han, aguanta por .." Una voz femenina clamó desesperadamente su nombre, ¿Quién era quién le estaba hablando? no reconoció la voz, no era su amada Giselle, estaba seguro. El conocía su tono, ronco y suave, tan dulce justo cómo cuando solía despertar temprano en la mañana, ésta voz, ésta voz era distinta, de una forma que no podia describir ó identificar. Justo cuando estaba tratando de discernir a la misteriosa dueña de la voz, su entorno se transformó, retorciéndose y cambiando, una luz blanca brilló alrededor de su vista, ¿era acaso ésto entonces? ¿su destino final? ¿El cielo ó infierno? la verdad, honestamente ya no le importaba, si alguna vez podría encontrarse con Giselle de algun modo, sería más que suficiente para él soportar cualquier tipo de tormento con tal de verle una vez más...

Sentía la cabeza como si hubiera sido pateado ó posiblemente aplastado bajo el pie de alguien, su consciencia se encontraba luchando por dominar el languido letargo, su cerebro latía dolorosamente mientras recuperaba la conciencia, sus oídos parecían dividirse entre el silencio y un ruido en blanco bastante molesto, todavía podía recordar vívidamente los olores de nitro ardiendo dolorosamente en sus fosas nasales mientras la sangre se derramaba sobre su vista cegándolo, haciéndolo imposible y para él incapaz de ver, moverse ó incluso actuar, para salvar guardarse ó hacer algo, era un desastre.

𝐅𝐎𝐑𝐄𝐕𝐄𝐑 𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆| 𝗛𝗔𝗡 𝗟𝗨𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora