Capitulo 28: Promete

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Los días pasaron y con ellos dos semanas. Jungkook y yo habíamos seguido teniendo encuentros en la noche sin que nadie se enterase. Los días pasaban lentos, pero cada vez que estaba con Jungkook todo se me hacía más ameno y podía sobrellevar la situación.

La cena estaba lista. Un gran plato de puré de patatas y una ensalada. Mi apetito desapareció en cuanto me pusieron el plato delante. Me pareció raro, porque hasta hace unos cinco minutos estaba muerta de hambre.

- ¿No tienes hambre, Laya? -me preguntó Jane. Me encontraba con el tenedor en la mano revolviendo el puré de patatas sin más que hacer.

- Se me fue el apetito -hice una mueca de asco con mi cara -es más, tengo unas ganas terribles de vomitar.

- ¿Laya? -escuché eso último antes de levantarme de la mesa corriendo para ir al baño a vomitar.

Pasaron los minutos y con ellos las horas. Me encontraba mucho mejor ya. Jane había estado cuidando de mi todo el rato, no se había despejado de mi lado, pero hace cinco minutos que dijo que iría al baño y habrá pasado una media hora desde que no viene.

Me levanté de la cama y salí del cuarto en busca de Jane. La llamé un par de veces, pero no obtuve respuesta. Deambulé por los pasillos mirando en todas direcciones esperando encontrarla.

La gente que vive allí, los cuales también son seres sobrenaturales, comenzaron asomarse por el marco de la puerta de sus respectivos cuartos. Todos miraron en mi dirección y paré mi andar. Esto comenzaba a dar miedo. Todos a la vez comenzaron a susurrar al mismo al mismo tiempo.

~ "Ellos ya vienen. Ella bendecirá el mal y el bien"

Corrí de allí hacia mi cuarto y cerré la puerta tras de mi. No sabía que estaba ocurriendo. ¿Quiénes vienen?

Las manos y las piernas comenzaron a temblarme. ¿Qué me estaba ocurriendo? El dolor me inundó completamente y me retorcí hasta el punto de caer al suelo, lo cual me recordó a una escena del pasado. Una escena en la que todo comenzó. Todo era tan similar.

Un gran estruendo hizo que me levantara del suelo como pudiera y me quedará mirando la puerta, como si estuviera esperando que algo malo apareciera al abrirse. Escuché un grito y pude diferenciar por parte de quien había venido. Había sido Jane. Mi nombre, gritaba mi nombre como si le fuera la vida en ello. "Huye, huye". Gritaba.

No tenía por donde huir. Varios golpes en el suelo me hicieron sobresaltar. Es como si unos palos grandes fueran golpeados contra el suelo al mismo tiempo. Notaba como eso se acercaba cada vez más a mi cuarto. La puerta se abrió de repente, pero no era lo que creía, sino era Jungkook.

- ¿Qué está pasando, Jungkook? Tengo miedo -comencé a sollozar.

- Ellos ya están aquí, por lo visto han adelantado todo el proceso -habló él.

- ¿Qué proceso? -me temía lo que él estaba a punto de contestar, pero ya me lo esperaba. Él guardó silencio por unos segundos, suspiro y volvió hablar.

- Laya, no debimos hacerlo. Ahora estás en peligro.

- Jungkook, te recuerdo que fuiste tú el que dijo que daba igual, que era algo que ya estábamos sintiendo desde hace tiempo y que debíamos pasar de lo demás y hacer lo que queríamos, que era estar juntos -las lágrimas brotaban de mis ojos sin cesar y los nervios florecieron.

- Ya lo sé, me dejé llevar por el momento. Pero tú y yo vamos a escapar ahora juntos, los dos solos -posó sus manos en mis hombros y los acarició.

- Jungkook, estoy cansada de huir. A todos los sitios que voy debo irme. No tengo lugar en ninguna parte, será que no pertenezco a este mundo. Debería morir y así acabaría todo...

- Ni lo pienses. Tú no vas a morir, ¿me oíste? De aquí salimos los dos juntos, ¿entendido? -luego de minutos de silencio, Jungkook se separó de mi y pude notar su nerviosismo.

- ¿Cuanto falta para que lleguen? -pregunté con la mirada baja.

- ¿Cuán fuerte es el ruido de los bastones para ti? -preguntó él.

- ¿No puedes oírlos?

- Tan solo pueden escucharlo las personas hacia las que van.

- Bueno -tragué saliva -los escucho... muy fuerte, parece como que dentro de poco el odio me va a estallar. Ni siquiera se como es que te escucho a ti.

- Es todo una ilusión. Ellos lo hacen para avisarte, pero realmemte no los estás escuchas. Que los escuches tan fuerte solo significa una cosa. Que tenemos menos de una hora para huir de aquí.

- Eso es mucho tiempo, podemos hacerlo, ¿no?

- No es fácil, si huimos necesito que encuentres equilibrio entre tu mente y cuerpo. Es necesario que controles los latidos de tu corazón y los latidos de...

- ¿Los latidos de qué?

- Los latidos del... bebé.

- ¿Asi que es verdad? La profesia es real. Pero no se puede escapar de ella, Jungkook -alcé un poco la voz.

- No puedes escapar de ella, pero puedes cambiarla.

- ¿Qué vamos hacer ahora? -pregunté.

- Dame la mano. No te separes de mi, ni aunque yo te lo diga, ¿entendido? -asentí. Agarré su mano y él abrió la puerta para a continuación salir de ahí.

Todo estaba vacío, nadie se encontraba ahí. Pareciera como si hubieran evacuado el lugar mientras Jungkook y yo hablabamos.

- Jungkook -lo llamé. Él se giró hacia atrás para poder verme -antes cuando salí al pasillo, todos me miraron y dijeron que ellos ya venían y que ella bendecirá el mal y el bien.

- ¿Dijeron ella? -asentí -no, no. No podemos dejar que ella te lleve. Ella no tiene compasión. Y no se sabe lo que podría hacer contigo. ¡Dios! Tenía que ser justo ella.

- Jungkook, deja que me lleven y salvate tú.

- ¡No! De aquí salimos los tres juntos y luego nos iremos muy lejos de aquí y tendremos una familia hermosa, ¿si? -la primer lágrima se desplazó por mi mejilla izquiera. Me acerqué a él y lo abracé.

- Jungkook -hablé sollozando -¿y si ellos te llevan a ti?

- Si ellos me llevan...tú huiras sola -me negué rotundamente. No iba hacer eso nunca -Laya, escúchame. Tienes que hacerlo.

- No puedo, Jungkook.

- Promete que lo harás -habló él mirándola directamente a los ojos -promete que si ellos me llevan, tú correrás y te irás lejos.

- No puedo prometerte eso -ella sollozaba -estaré contigo hasta el final.

ᎠᎡᎬᎷϴΝS ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora