Capítulo 6

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Todo estaba oscuro lo que le hizo pensar que estaba teniendo una especie de sueño dónde eres consciente de lo que haces, esperó entonces en que una escena se representara o que alguna persona se le apareciera.

Nada ni nadie.

De repente la posición en la que estaba se le hizo incómoda y se preguntó si se le permitiría moverse a su voluntad, se arrepintió de hacerlo enseguida. Había intentado moverse y lo había conseguido fácilmente sintiendo un leve dolor en la espalda y otro más fuerte en la cabeza un nudo crecía en su garganta al caer en cuenta que nada de lo que le había pasado había sido un sueño, ni la muerte de su madre por intentar defenderlo, ni su patético secuestro, esto último no le importaba.

Él había perdido a su ancla, su única razón para vivir.

Recordó la cadena que colgaba anteriormente en su cuello y con algo de duda dirigió sus manos a su pecho, donde la cadena debería estar descansando, quizá un poco de alegría le invadió al descubrir que no le habían atado las manos y que tampoco le habían quitado la cadena, tal vez no se habían dado cuenta de la existencia de lo último o quizá no le dieron mucho valor como para quitársela, estaba por sacarla ya que esta se había escondido detrás de su camisa cuando escuchó vidrios romperse y después pasos acercarse, el miedo le recorrió la columna vertebral.

Una cosa era que lo maten y otra que unos borrachos lo golpearan por diversión.

Inmediatamente volvió a la posición incómoda en la que había estado y se obligó a cerrar los ojos, aunque ya se había dado cuenta de que estaban vendados.

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Aún no podía creer lo que había hecho , estaba en una especie de negación, aunque recordar el cuerpo de ese chico en sus brazos, sus patadas en el aire que terminaron por chocar en su espalda y los gritos desgarradores que soltó llamando a su madre terminaron por corroborarle lo que había hecho y no sé sentía para nada bien , no se sentía bien el hecho de tener a un joven encerrado en su sótano. Pero él no podía hacer nada, pero tampoco quería ignorarlo, así que cuando le ordenaron atarlo, dejó sus manos libres, como una especie de consuelo, aunque él sabía que ese acto era solo para redimirse, aunque sea mínimo.

- Saldré un momento pequeño Son, ni se te ocurra hacerte el héroe.

El chico solo asintió, odiaba el pensamiento de tener que acostumbrarse a la horrible sonrisa de su padre, pero ya lo estaba haciendo. Por su mente solo cruzaba un pensamiento y no era especialmente optimista, él nunca lo había sido, si no realista, crudo y directo, el pequeño joven que se encontraba en su sótano no era el único secuestrado.

Ambos lo estaban, solo que no de la misma manera.

Entonces se preguntó que era peor, estar encerrado y solo esperar a que paguen por tu libertad o estar ficticiamente libre, atado de manos pero no con una cuerda y no tener un monto en concreto con el que pudiera conseguir su libertad, se rió de sí mismo, era demasiado contradictorio y difícil de comprender, se odiaba por eso, se levantó  y se vió sin poder evitarlo en el espejo que estaba al frente de su cama.

- Eres un maldito cobarde Son Hyunwoo.

Y sin más lanzó un puño a su reflejo, cerrando los ojos al instante , tratando de no concentrarse en el dolor que estaba sintiendo, cuando los abrió solo vio las grietas que su puño había formado en el cristal transparente, que ahora se tornaba rojo, su sangre cayendo en grandes gotas, cuando retiró la mano el dolor aumentó, pequeños vidrios se le habían incrustado, volvió a mirarse en el ahora espejo roto.

- Maldita sea la hora en la que naciste tarado.

No sé molestó en limpiar ni en tratarse las heridas, no tenía las ganas ni el interés de hacerlo, ya empezaba a acostumbrarse al dolor y así con la mano aún sangrando bajó al sótano, pensó en que el chico tendría hambre.

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Cuando lo vió le dieron ganas de reírse, el chico estaba hecho bolita, parecía un pequeño hamster con esas mejillas regordetas, me gustaría apretarlas, pensó inmediatamente y así como lo hizo se regañó por que no debería estar pensando eso del joven al que había secuestrado. Lo movió cuidadosamente tratando de despertarlo pero ya había pasado un rato y él no lo hacía.

- Sé que estás despierto, solo quería darte de comer.

Pensó entonces que el chico no quería hablar con él, y nuevamente se golpeó mentalmente , nadie hablaría con su secuestrador.

El pequeño que estaba en el piso se sentía ofendido, él no era ningún animal que alimentar cuando se le dieran la gana, él no comería nada que no estuviera hecho por su madre, su ancla, un olor más fuerte que la comida inundó sus sentidos, olía igual al hombre que lo había cargado, el hombre que había matado a su querida madre,  solo tenía una idea en mente, voy a hacerle pagar.

Cuando ya había decidido irse, sintió que lo tomaban del pie con fuerza, haciendo que su cuerpo inevitablemente cayera al piso, para después sentir unas manos rodearle el cuello, apretándolo con fuerza, intentó moverlo, pero su mano aún dolía, el aire empezó a faltarle.

No debieron subestimarle, él no trataría de escapar, nada en el exterior le esperaba realmente, solo mataría a quien mató a su madre.

- ¿Es así como se siente la venganza?


★彡𝙏𝙝𝙚 𝙡𝙞𝙛𝙚 𝙞𝙨 𝙖 𝙠𝙞𝙙 彡★[SHOWKI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora