Botellas rompiéndose y hombres gritando era lo único que se escucha en la sala de aquella casa, Hyunwoo solo deseaba poder tener silencio , pero al parecer a su padre se le había dado por hacer una fiesta con duración indefinida desde el día de aquel incidente y por motivos muy aparentes él no podía reclamarle, aquellos hombres lo convertirían en un saco de boxeo humano si él se atrevía a interrumpir su fiesta. Ni siquiera podía huir de su casa como lo hacía antes porque su padre también lo tenía secuestrado, solo que a diferencia del niño Yoo a él le daba una falsa libertad, se sentía realmente frustrado, dió un golpe duro a la pared y después gritó por el ardor que sintió, su mano aún no cicatrizaba las heridas hechas por el espejo.
Golpear una pared no soluciona nada, que patético eres.
Estaba realmente cansado por la situación a la que había llegado, prácticamente su vida se había convertido en un infierno con llamas , había intentado escapar el segundo día de la duradera fiesta pero fue atrapado por uno de los amigos de su padre, por suerte este no fue a contárselo pero su silencio era una señal muy clara y él no volvería a intentarlo. No encontrando nada más en lo que pensar, su mente tomó forma de un chico pálido, se preguntaba porque su padre en estos ya seis días aún no había contactado con el señor Yoo o si ya lo había hecho porqué este no contestaba, todo era muy confuso, pero nuevamente él no tenía vela en ese entierro y aunque quisiera no podía hacer nada, solo quería que de una vez por todas el niño Yoo se marchara y así él pudiera recuperar al fin su libertad y largarse también de ahí. Escuchó que tocaban su puerta, no se levantó para abrir, después culparía a la fuerte música, los toques se hicieron más fuertes y rápidos, molesto se paró a abrir la puerta, cuando lo hizo no había nadie ,aún enojado volvió a recostarse en la cama, los toques se escuchaban fuertes y ahora también un leve chirrido de algo, concentrando su oído en el lugar donde provenían los sonidos se encontró escuchando gemidos de al parecer alguna mujer que habían invitado, asqueado se levantó y se decidió a buscar otro lugar donde quedarse, un poco dudoso se dirigió al sótano.
El sonido de pasos caminando encima de él no le agradaba en lo absoluto, no había podido dormir durante cuatro días y se preguntaba en qué momento lo matarían, porque no tenía alguna esperanza en que su padre lo rescatara, su rostro formó una extraña mueca al sentir su espalda doler más de lo normal, se dijo que era por no haberse estirado en seis días, con cuidado trató de pararse pero le fue imposible teniendo los pies amarrados, cayendo de cara en el frío piso, agradeció mentalmente que no le amarraran las manos si no hubiera tenido un horrible sangrado nasal, al tratar de levantarse se encontró con el rostro de su secuestrador más joven, este tenía en sus manos un plato de comida, odio a su hambriento estómago por ser tan ruidoso, con el poco orgullo que le quedaba se levantó como pudo y se arrastró hasta poder recostarse en una de las paredes, no dijo nada , no pidió nada, sabía que aquel sujeto le daría de comer, muy a su pesar hace unos días, dos para ser exactos descubrió que su amabilidad no era fingida, lo supo cuando vio cómo este era golpeado por el hombre mayor al enterarse de la manta que le había proporcionado, al mismo tiempo también descubrió que aquel joven no había asesinado a su madre y ahora solo podía sentir pena por aquel chico.
-Es pollo ¿te gusta?
El joven pálido no pudo contener la risa que salió de sus labios ¿qué clase de pregunta era esa? él tenía hambre comería lo que le dieran, el rostro de confusión de aquel chico le daba aún más gracia, solo paró de reír cuando su estómago empezó a doler.
- Es mi comida favorita.
Su voz apenas se oía, el chico aún lo miraba con confusión pero le sonrió y asintiendo le dio su plato, la música se escuchaba lejana a comparación de la manera en la que comía, era la primera vez que lo veía sonreír y aunque aún no entendía el porqué el chico le había parecido demasiado bonito, tanto hasta el punto de irritarle un poco.
La comida se había acabado y ahora ambos estaban recostados contra la pared sumidos en silencio, un tanto incómodos, no aguantando más el joven de cabellos rizados se animó a hablar.
- ¿Por qué no huyes?
Trató de no mirar a otro lado cuando el otro chico fijó su vista en él, sabía que su pregunta no era normal y esperaba que el joven comprendiera de lo que le estaba hablando, este parecía examinarlo solo con la mirada, no podía descifrar lo que veía en aquellos ojos y se frustró ante ello porque él siempre había sido bueno en ello, no podía descifrar a aquel chico sin expresión.
- ¿Dejarías huir a alguien que sabe que hiciste algo realmente malo?
- No.
- ¿ Crees que tu padre pague el rescate?
Yo solo quería una conversación normal, pensó, pero nuevamente se recordó que nada de lo que pasó estos últimos seis días era normal, se sentía reacio a responder ante aquello, pero no veía en qué lo dañara y era mejor hablar que volver a estar en silencio.
- No , puedes decirle a tu jefe que le convendría matarme, mi padre es demasiado avaricioso y no gastaría en mí.
- Él no es mi jefe y no estás hablando enserio, siempre hay algo por lo que vivir.
- ¿Entonces qué es? , no siempre, no cuando lo única persona que te quería fue asesinada ante tus ojos.
Realmente lamentaba que el chico haya visto eso, pero nuevamente no era su culpa, su padre era quien la había matado, no sabía si estaba dando más información de la debida pero le estaba gustando hablar con aquel chico, su voz era muy bonita.
- Mi jodido progenitor y sobre lo otro, no creo que ... lo siento, olvídalo.
- ¿Qué? solo dilo.
- Tu madre murió por intentar protegerte, deberías valorar ese acto, eso es lo que pienso.
No había llegado a esa conclusión y escucharle decir que valorara el último acto de su madre era un peso muy grande, pensó que ya se sabía resignado a morir en aquel lugar pero este chico le estaba dando una razón muy válida para vivir, sin nada que refutar asintió y le dió una sonrisa en agradecimiento.
- ¿Y cual es tu razón para vivir?
El chico estaba por responder cuando la puerta fue abierta bruscamente y entraba a la habitación el padre de este, miedo recorrió su espina dorsal al ver que este tenía sangre seca en las manos y los miraba dándoles una gran sonrisa con los ojos abiertos exageradamente.
- Lo he matado Hyunwoo.