Cualquiera hubiese pensado que cuando la capacidad del ser humano para destruir todo a su alrededor llegase a su culmen, lo haría por algo más significativo. Qué quizás aquello que Nostradamus vaticinó llegaría a nosotros con un propósito claro.
El fuego, las bombas y los llantos llegaron, pero no hubo lección alguna o intervención divina en esos actos. El ser humano fue el único responsable de su propia destrucción.
Aquellas superpotencias que brillaban con luz propia, irguiéndose imponentes ante los demás, no fueron más que una pieza muy pequeña que acabó por destruir un engranaje que se había construido sobre demasiada sangre e injusticia.
Un pequeño brote en un pueblo costero al sur de Shangyadon fue el encargado de comenzar a destruir la civilización que conocíamos. Nada más que eso, una enfermedad desconocida hasta el momento; algo tan banal y a su vez tan significativo. Un súbito brote que empezó en una pequeña provincia y se extendió más y más. Primero China, luego Asia y después... el mundo.
Seguramente, a estas alturas cualquiera pensaría que el fin del mundo tenía algo que ver con esta pandemia desconocida; y quizás, algo sí que tuvo que ver, un pequeño desajuste en la frágil balanza de la paz.
La enfermedad fue lo primero. Lo que hizo que los ciudadanos de China empezasen a vivir precariamente en su país y fuera de él. Lo que hizo que los occidentales usasen esta nimiedad para esparcir su discurso de odio. Y cuando el odio salió a la luz, se propagó más rápido que el propio virus.
Al final la verdadera pandemia no fue un agente externo, sino unas pocas palabras dichas en la situación propicia.
Los ciudadanos chinos no solo se encontraban en su país, pero les hubiese gustado. A pesar de la pobreza, la falta de recursos y la amenaza inminente de caer enfermos, cualquier cosa era mejor que la precaria situación en la que se encontraban fuera de su hogar. Encerrados, odiados y maltratados, se cansaron de la situación.
Y entonces, llegó el error. El gran error que lo desencadenó todo.
Quizás el rifle estaba encasquillado. Quizás tenía un pequeño defecto de fabricación. Quizás, aquel soldado que lo sujetaba debía haber puesto más cuidado en limpiarlo la mañana que lo retiró del arsenal. Sea como fuere, aquel rifle, ese primer disparo, ese cuerpo tirado en el suelo sobre un charco de sangre que cada vez se extendía más (como una terrible premonición de lo que vendría)... Este primer error, trajo todos lo demás.
Así empezó La Guerra y, cuando esta estalló en el mundo entero, las alianzas entre países sirvieron para poco.
Los conflictos internos empezaron a surgir sin control alguno. El odio se expandía tan rápido como la pólvora, y tenía su culmen en explosiones llenas de sangre y cuerpos sin vida.
Corea del Norte encontró su oportunidad en medio del caos. Las grandes potencias luchaban su propia guerra y, con todo el mundo ardiendo en llamas, lo que pasase en una pequeña península no era más que una ínfima fogata en medio de un gran incendio.
La invasión comenzó en el norte, avanzando sin prisa, pero sin pausa hasta llegar a la capital. Y cuando la tomaron no fue suficiente. Los sureños, completamente aislados por la situación general del mundo, intentaron oponer resistencia, pero ellos eran más. Más fuertes, más decididos, más entregados a su causa.
Seúl cayó. Y Daegu. Y Daejeon. Durante años los pueblos y las ciudades cayeron uno a uno, pero sus habitantes siguieron luchando. Sobreviviendo.
Diez años después la guerra continúa. A ojos del resto del mundo, Corea es una sola en manos de los norteños, pero la situación interna es bien diferente. Pequeñas comunidades de sureños siguen en pie, intentando recuperar lo que un día fue suyo.
Y aunque a nadie le importa, la guerra sigue. Con unos avanzando y otros resistiendo.
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Buenas amores.
Espero que este prólogo os haya dejado con ganas de leer más, y que os haga tener curiosidad por la manera en que se desarrollará esta historia. Esto es solo un pequeño vistazo al mundo en el que se encuentran nuestros protagonistas.
El primer capítulo será publicado en el perfil de @DearWeirdMaria el viernes que viene.
Me veo en la necesidad de decir que esta historia se empezó a plantear bastante antes de todo el lío en el que nos vemos metidos ahora mismo, así que espero que no mezcléis una cosa con otra.
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Into the Fray - BTS [Sur]
FanfictionUna pandemia fue el desencadenante de la Gran Guerra. Tras diez años de enfrentamientos, Corea del Sur sigue luchando por recuperar su tierra de las manos de los norteños. Jeon Jungkook está destinado a ser la mano derecha de Kim Namjoon, el princip...