El despertador había sonado ese día temprano, la noche anterior había gastado unas cuantas horas preparando mi maleta sin ningún tipo de resentimiento. Esto será lo mejor para todos, siempre había intentado alejarme de mi familia por razones que verán después.
Se acercaba el final del otoño al ser 4 de noviembre, miraba por la ventana del pequeño castillo es Gales, una vida supuestamente perfecta llena de vacíos y de cenas importantes con gente poderosa y bastante adinerada, en mi familia nunca hizo falta nada, hasta hace casi cinco años hacia la víspera de navidad muere mi madre. Pero eso era cuestión del pasado, ahora estaba sentada mirándome al espejo, tomé el cepillo que tenía al lado izquierdo de mí y peiné mi cabellera rojiza. El cual decidí dejarlo suelto, aunque sin alisar, apliqué un poco de bloqueador sobre mi tez blanca, por último, tomé mis cosas y bajé al lobby.
-Buenos días padre- Saludé al hombre que estaba tomando una taza de té y leyendo un periódico, estaba esperando respuesta, pero lastimosamente no recibí ninguna. Así que solo me acerqué con los papeles que había bajado anteriormente en mis manos y pasándolos por encima del diario mencioné:
-Recuerda que debes firmarlos, esta tarde sale el vuelo hacia Seúl y no me gustaría que nada quedara fuera de lugar- dije colocando los documentos sobre la mesa. Mi padre solo los tomó, sacó la pluma del bolsillo, los firmó y me los dio.
- Debo agradecerte el hecho que me hayas ayudado después de que Christinne muriera, te hiciste cargo de todo y sin protestar, sin decir nada. Y ahora has decidido irte lejos para cumplir un sueño. Espero que prosperes Odell, sé que te ha tocado las cosas sola, pero debes de ser fuerte para lo que viene- Después de eso mi padre terminó de tomar el café, yo tomé los formularios los apreté en contra de mi pecho como si mi vida dependiera de ello. Pero él al pie de la puerta tomó aliento para aconsejarme lo siguiente:
-Cuídate mucho, espero que tu luz brille por siempre, te lo mereces. Has tenido momentos muy duros, eres una niña aún. Si necesitas algún consejo algún día. Sabes que puedes llamar, aunque tú yo no tengamos una conexión muy fuerte. Suerte querida.
Sin decir más él se fue, mi hermana mayor. Como por diez minutos al momento de nacer, se había ido al instituto, terminé de preparar las cosas y en seguida me fui al aeropuerto.
Horas después ya estaba a bordo del avión y de camino a Corea, estaba leyendo un libro y luego aproveché para dormir, con el tiempo estaba tomando mi equipaje, pero este se atascó con algo y al tratar de halar de aquella tira tropecé contra algo o mejor, contra alguien haciendo que su café se derramara en mi vestido. Mierda, dije para mis adentros.
-Fíjate por donde vas, mira lo que has hecho- musitó una voz grave, demasiado baja, pero de por si estaba lo suficiente enojado.
- Perdóneme esta la maleta se quedó atascada, y no he podido sacarla... - bajé mi cabeza apenada.
El chico simplemente movió mi equipaje y me lo pasó, mis ojos apenas voltearon a verlo, su cara era redonda y pequeña, su tez completamente blanca y era un poco más alto que yo, hasta una voz autoritaria le reprochó desde atrás.
- Suga, déjala ya, fue un accidente. La estás atemorizando, además la culpa también es tuya te dije que no anduvieras con cosas calientes en la línea de recoger el equipaje, mira no más como la volviste, se le ha arruinado el vestido por completo- Termino dirigiéndose a mí buscando mi rostro.
- Lamento mucho lo que pasó los accidentes son cosas que pasan, pero todos debemos tener más cuidado. Me llamo Kim Seok Jin y soy el CEO de una importante marca de ropa ¿Cuál es tu nombre? - Me miro con una sonrisa en su rostro. Yo levanté mi cabeza y respondí.
- Me llamo Odell Rawson- En ese momento un silencio inundó el pequeño lugar del aeropuerto en donde estábamos.
- ¿Alteza? - Cuestionó Jin. -Creo que eres allegada de Caroline Rawson ¿No?
Ay Odell maldita sea. Dije para mis adentros, solo suspiré.
ESTÁS LEYENDO
Un Deseo Inconcebible - BTS
RandomUn amor... Una vida... Un deseo... El dolor... La muerte... "Las coincidencias no existen solo lo inevitable" Para poder conceder cualquier tipo de deseo, necesitas pagar el precio con el valor exacto, no puede ser ni más ni menos. De lo contrario...