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Las risas sonaban al unísono, las miradas se posaban sobre nosotros. Al igual que los rumores:

«Se ven muy bien juntos.»

«Ella es muy joven y él es muy guapo.»

Y cosas así, aunque se sentía muy bien, en el fondo estábamos fingiendo. Aunque era bastante claro: El necesitaba compañía para evitar el acoso por parte de las mujeres, cosa que me pareció un poco ridícula. Un hombre soltero con un hijo, lo último que quiere en algunas ocasiones, es más dolores de cabeza. Y aún más en el caso de Suga.

Después de realizar las compras, más de las necesarias. Pudimos llegar a salvo a casa con la pequeña dormida. Suga subió la pequeña para dejarla en la cuna, al momento bajó lleno de energía y bastante animado.

- ¿Qué haremos de cenar hoy? - Posó sus manos sobre el mesón al verme.

-Carne asada y algo de verdura- Contesté mientras con el cuchillo cortaba algo de verdura, la carne ya estaba asándose en la sartén.

-Dime Odell, si eres de la realeza ¿Por qué sabes hacer todas estas cosas? - Siguió en su pose original.

-Bueno, no soy oficialmente una princesa. De hecho, en la ascendencia al trono soy la numero 16. Y si no me caso con alguien relacionado mi estado bajará, cosa que me tiene sin ningún tipo de cuidado. Aprendí a cocinar cuando aún tenía unos 9 años un tiempo después de que muriera mi mamá. Y así fue hasta que llegué hasta aquí. -Seguí concentrada en lo mío el tampoco cambió su posición.

- Ya veo, así que fue en una situación un poco compleja ¿Cómo te ha ido con las audiciones? - Me giré a él después de darle vuelta a la carne.

-Audicioné a unas 20 compañías de todo tipo. - Me crucé de tobillos.

- ¿Y? - Levanto una ceja.

-Me rechazaron en todas. - Dije como si eso fuera lo más normal que puede pasarme en mi vida. Así que hallaré a que dedicarme después de que termine el instituto. -Sentí unos brazos rodearme y una cabeza apoyarse en mi hombro.

- Ya encontrarás algo. Eres muy autosuficiente y ya sé que por esto no te quedarás atada. - Giré mi cuerpo quedando frente a él.

- Tienes unos ojos hermosos ¿Te lo han dicho? Son muy expresivos -Afirmé mientras los dos sonreíamos.

-Gracias, basta de bromas. Y vamos a comer, espero no morir envenenado- No dije nada ante eso, serví la comida y nos dirigimos al comedor.

La comida estuvo en silencio y sin anda de prisa, al mismo tiempo la noche cayó sobre nosotros. Después de haber lavado los platos y dejar la cocina limpia, estábamos en la sala él estaba sentado en el sofá con una copa de vino tinto en la mano, por mi parte estaba sobre la alfombra a un lado de la chimenea.

- No me lo puedo creer que aquí las cosas sean así. O sea, parecían buitres esas mujeres encima tuyo- Me quedé en frente de YoonGi con las manos sobre las rodillas.

- Si. Ellas piensan que porque este uno soltero o porque uno va de compras pueden acercarse de esa forma y simplemente coquetear como si nada, la sociedad coreana suele a ser un poco tímida. Pero como hoy te diste cuenta no siempre se cumple la regla, a veces saludo a algunas chicas, pero la verdad hoy quería pasar desapercibido. Perdón por no haberte comentado. - Mi mirada se fijó en el fuego y luego lo miré.

-No pasa nada- Afirmé casi riéndome- Fue divertido ver algunos pucheros y caras de frustración - Reí.

- Pensé que te había molestado, pero veo que te gustó el pequeño engaño ¿No es que eres un ser sobrenatural y no pueden mentir? - Sonrió

- El hecho de que lo sea, no quiere decir que no haga ciertas cosas y si es para ayudar a alguien, simplemente las haré, de eso se trata nuestro intento de humanidad- Sonreí a penas. Él por su parte tomó un sorbo de su vino soltando un suspiro pesado.

- ¿Sabes? Enfrentar un abandono de esta manera es muy difícil, he llorado hasta sentir morir en las noches y tratar de vivir con eso la mañana siguiente. Es demasiado... - Lo interrumpí colocando una de mis manos en su hombro.

-Las penas no se deben pasar solos, las espinas no se deben de tragar jamás. Lo peor que se puede hacer es eso. Aguantarse todo solo - En ese momento mis brazos envolvieron su cuerpo, fundiéndolo en un abrazo a tal punto que se podía sentir su agonía y dolor punzante que te parte el pecho en dos. - Deja que los que estemos a tu lado, te ayudemos con esas cargas.

El me abrazo en seguida, apretándome un poco, aunque no lo suficiente como para dejarme sin aire, un sepulcro inundó la habitación durante unos instantes, la luna plateada estaba en su punto más alto en el cielo. Su calor se sintió en todas las partes de mi cuerpo, las lágrimas de aquel joven. Mi corazón se quería salir del pecho, pero solo pude abrazarlo, en eso, se quedó dormido.

Lo ayudé como pude a subirlo a su cuarto. Estaba tan bebido que no estaba consiente. Las bolsas con las compras quedaron a un lado, opté por recostarlo en la cama, quitarle el saco que traía puesto junto con el cinturón de su pantalón. Sin más le dejé allí descansar.

-Mañana tendrá un fuerte dolor de cabeza. - Murmuré para mí.

Me acerqué a su frente y deposité en ella un beso de buenas noches, mi corazón explotó.

-Mierda...- Musitó mi cerebro. Si dejo que pase, no habrá marcha atrás. 

Un Deseo Inconcebible - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora