O11 : Mutuo

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Posiblemente quedarme mirando el techo de mi habitación fue la peor de las opciones que tenía. Lo sabía. Lo estaba repitiendo una y otra vez en mi memoria. Y aún así, ahí estaba yo.

No le dije nada a Jack. De hecho, se fue unas horas más tarde, y aunque prometí llamarle, no lo hice.

De hecho, era lo último que me apetecía.

Suspiré y caminé indecisa hasta la entrada de casa, parándome un par de veces por el camino, indecisa de si debería o no debería ir.

<<Técnicamente, sí, debería, y probablemente si no estuviera tan rara hoy, ya me habría plantado en casa de Chosen hace horas>>.

Sin pensarlo más, cogí las llaves y me metí en mi coche. Suspiré de nuevo, agarrando el volante tan fuerte que mis nudillos se volvieron blancos.

Encendí el GPS y busqué la dirección que Jeremy me había enviado. De nuevo, dudé un instante antes de pulsar el botón de inciar ruta, pero terminé escuchando la dichosa voz de aquella mujer que todo el mundo conoce.

Con la llave lo puse en marcha, y en unos segundos ya me encontraba pisando el acelerador.

Había caído la noche cerrada. Estaba frío y oscuro.

Me preguntaba si Chosen se acordaría de mí, si no me mandaría a la mierda en cuanto me viese. O si siquiera me vería. Quizás ni me abría la puerta.

Maldita sea, tenía tantas ganas y al mismo tiempo tan pocas de llegar...

Era como si algo malo me estuviera esperando, pero en el fondo, algo realmente bueno para mí.

Sueno como una loca ¿verdad? Supongo que son las sensaciones previas al reencuentro. Algo así sentí en la cafetería con Jack.

Como no podía parar de darle vueltas una y otra vez a algo que no paraba de perturbarme, y yo ni siquiera sabía de qué se trataba, encendí la radio. Una de mis canciones sonaba.

Me relajé un poco y conducí unos kilómetros más al ritmo de Queen.

Y entonces, cuando el GPS anunció <<ha llegado a su destino>> fue como sentir una puñalada en la garganta.

Sentía que me iba a morir. Tenía un malestar tan grande...

Con esas abrí la puerta del coche esperando que ver a mi amigo me tranquilo dará un poco. Pocas esperanzas tenía. Pero quería pensarlo, imaginarlo, ilusionarme, por unos momentos.

Contemplé la gran casa que se alzaba ante mí unos segundos. Era muy elegante, con una piscina inmensa y un gran prado rodeándola. Había unas escaleras de mármol, a juego con el exterior de la casa, que llevaban hacia la pierta principal. Era preciosa.

Identifiqué el mismo buzón que Jeremy me había enseñado en el portátil. Donde ponía su nombre.

Por unos segundos pensé qué habría pasado si nada hubiera sido así. Si cuando Chosen me confesó sus sentimientos, le hubiera dicho que yo también le amaba tanto como él a mí. Desesperadamente. Que cada vez que le miraba a los ojos me entraban unas ganas terribles de besarle. ¿Estaría ahora mismo abrazada a él en su lujosa cama? ¿O quizás jugando con nuestros hijos?

¿Y si hubiera sido así? ¿Y si le hubiera correspondido?

- ¿Y si sí le correspondí? -susurré.

-🍑-

𝓒𝓸𝓷𝓭𝓮𝓷𝓪𝓭𝓸𝓼 ; 𝓙𝓪𝓬𝓴 𝓖𝓻𝓪𝔃𝓮𝓻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora