Pasaron los días, y todo iba bien, de hecho, todo iba demasiado bien.
Jack pasaba mucho tiempo conmigo, incluso habíamos establecido una rutina: el viernes era día de ir al cine con Sophia y Finn, y el lunes estábamos solos él y yo viendo una película en casa.
En este caso, era uno de esos viernes, pero uno muy especial; el cumpleaños de Sophia. Y tenía un regalo para ella muy especial, ni siquiera se lo había dicho a Jack, porque en realidad estaba segura de que sería una sorpresa para todos, que desencadenaría una emoción colectiva.
- Por dios, ha sido la peor película de mi vida -dijo riendo mi amiga a carcajadas sentándose en una mesa de una cafetería.
- Sí, pero tienes el comodín de los regalos -respondió Finn sonriente levantando una bolsa blanca con un lazo rojo en el centro.
- Chicos... -suspiró- No teníais porqué hacer esto.
- ¡Soph, cállate y disfruta, es tu día! -Jack hizo el mismo gesto que Finn con su regalo correspondiente.
Finn le entregó su regalo. Ella lo abrió; era una blusa blanca muy favorecedora, lo cual fue suficiente para que se pasara los próximos cinco minutos protestando diciendo que probablemente habría sido muy cara.
- ¿Quieres tú primero? -preguntó Jack.
Negué con la cabeza. Quería ser la última.
El regalo de Jack tenía una tarjeta en el paquete, que decía "Feliz cumpleaños, el primero que celebramos juntos, pero no el último." Era un reloj de oro muy bonito.
- ¡Estáis locos! ¡No teníais que haberme comprado nada, pero si insistís, me habría servido una caja de pañuelos! ¡Esto cuesta un riñón, Jack!
Mientras Finn y él se morían de la risa, yo pensaba cuál sería la mejor manera de entregarle mi regalo. Claro que siempre cabía la posibilidad de que no le gustara, o de que se ofendiera, o de que se lo tomara como un insulto... ¿Qué podría yo hacer si reaccionaba mal? En realidad era muy posible que respondiera negativamente, porque no era un regalo normal, era algo más bien emocional.
- Sophie... -murmuré, y ella me miró confundida.
- Dime que no tienes regalo, por favor.
- Sí, lo tengo.
- ¡Oh, venga! -dijo cubriéndose la cara con las manos- Os he dicho mil veces que no...
- He pagado la fianza de Wyatt.
Todos me miraron pálidos como la cera. Sophia especialmente, tenía los labios ligeramente abiertos y los ojos llorosos.
- ¿Fianza? -preguntó Jack.
- Contraté un buen abogado la misma noche que supe la historia, y pudimos conseguir que le hicieran un nuevo juicio. Con lo que me contó Sophia fue suficiente para elaborar un plan para el juicio, el abogado reunió algunas pruebas tras investigar los negocios de tu padre -dije mirándola-. Finalmente accedieron a poner una fianza, y la he pagado. Mañana Wyatt estará libre.
Sophia permaneció inmóvil.
- ¿E-Estás diciendo que...? -susurró.
- Dijiste que lo único que querías era estar con él. Y me encargué de ello Sophie, porque te lo mereces. Os lo merecéis los dos.
Hubo un profundo silencio en nuestra mesa, sólo se oían las voces de los otros clientes, de las tazas chocando con los platos, y de los cubiertos resonando en la vajilla.
- ____ yo... no sé que decirte...
- Nada. Sólo prométeme que seréis felices -sonreí.
- Por supuesto que sí -dijo rompiendo a llorar-.
- Feliz cumpleaños, Sophie -dije abrazándola.
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𝓒𝓸𝓷𝓭𝓮𝓷𝓪𝓭𝓸𝓼 ; 𝓙𝓪𝓬𝓴 𝓖𝓻𝓪𝔃𝓮𝓻
Фанфик"Sus labios buscaron el ritmo perfecto. Sabían dulces. Tanto como él lo era". ¿Realmente estaban condenados a estar juntos? ⚠️ Segundo libro de "Condena", primer libro disponible en mi perfil