“No quiero estar solo cuando termine”.—¡Ophi no corras!—. Harry grita mientras mete su camisa celeste dentro de sus pantalones.
Ophelia no deja de correr por las solitarias calles de Las Vegas a media noche, con el maquillaje expandido en toda su pequeña cara gracias a las lágrimas.
Harry acorta distancia subiéndose a una bicicleta que se encontraba estacionada en una esquina, gritando el nombre de su novia.
—¡Ophelia, volvamos a casa!—. Pedaleaba con tal vehemencia que no sentía el frío viento nocturno. Es más, la cocaína que fue inhalada hace unos momentos le sirvió de combustible para seguir en pie a esas horas y tras su amada.
Ophelia es alcanzada por Harry y se rinde, desplomandose en la acera, su largo cabello cubría su rostro pero se encontraba en unas prendas bastante delgadas, que no ayudaban con el frío que hacía.
Harry baja de la bicicleta y deja que caiga donde sea, se arrodilla frente a su novia y toma sus manos entre las de él, besando sus nudillos. Maldiciendo internamente. Le ha hecho daño a quién más amaba.
—Lo siento, lo siento, no quise hacerlo—. Juntaba su frente con la de ella y volvía a besar sus manos.
Ophelia negaba y sorbía sus mocos chillando con rabia—Te odio Styles, quisiera morir en estos momentos.
La piel de Harry se le erizó y negó asustado, no podía creer que aquellas palabras salieran de la chica más dulce y suave que conoció en su vida.
—No digas aquello, ódiame, estás en tu derecho, pero te amo y eso es un hecho—. Susurró acariciando la hermosa cabellera de la chica.
Harry se sentía culpable, sabe que Ophelia nunca fue alguien fácil de conseguir. Batalló mucho para que ella aceptara ser su novia y le permitiera amarla.
Pero Harry, también sabe, que nunca dejará su naturaleza libre por más que ame a aquella muchacha.
—Esto nunca debió pasar Harry, me lastimas y crees que corriendo tras de mí y pidiendo perdón volveré a ti—. Lo empuja, y como siempre, no lo mueve lo suficiente. Lo cual hace que le dé más rabia. Ella quisiera golpearlo mientras le dice sus verdades.
Ophelia nunca quiso involucrarse con nadie en la universidad y siendo ya su último año, se enamoró de Harry. Nunca lo confesó hasta el día de su graduación, en la noche donde todos esos egresados de la universidad tuvieron una fiesta. Y fue ese lugar, el principio de todo.
Harry quiso ir lento porque conocía el tipo de chica que era Ophelia. Y lo logró.
«—Prometeme que no romperás mi corazón y prometo nunca dejarte solo Harry.
—Eres tan maravillosa que tengo suerte de que aceptes, se que tienes miedo, pero te prometo aquí frente a esa estúpida estatua que nunca romperé tu hermoso corazón.»
Y sí, Harry realmente prometió eso desde lo más profundo de su corazón, la amaba y lo sigue haciendo, de una manera incondicional, aunque realmente nunca pudo con aquella parte de él que le exigía ser el mismo de antes. Ser libre en todo ámbito.
—No sabes amar, la gente que ama no hace daño a quién quiere—. Ophelia logra decir aquello con atisbos de rabia y desilusión y se pone de pie.
Harry se queda callado y con la cabeza gacha, deseando, nuevamente, que sea una pesadilla producida por el alcohol y las drogas.
Él pide con fuerzas que cuando abra los ojos, se encuentre a Ophelia en su cama y sonriéndole. Tan maravillosa, tan brillante como siempre.
Levanta la cabeza y Ophelia ya no está frente a él, desesperado mira a todos lados y la ve cruzar trotando con sus tacones dorados en mano.
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Fine Line |hs|
РазноеCada canción, tiene una historia detrás. ó Donde yo interpreto las canciones de este maravilloso álbum.