—No me culpes por enamorarme...—. Harry arrastraba las palabras a través de su celular, llamando muy ebrio a Mary.—Dios Harry, es muy tarde, ¿dónde estás y con quién?—. La mujer preocupada por el menor murmuraba mientras buscaba sus llaves en su bolso.
—No debí enamorarme de ti...—. El joven ruloso con las mejillas coloradas miraba sus zapatillas, confesando.
Mary ríe nerviosa, abriendo la puerta de su habitación—No me has respondido.
—Estoy solo, absolutamente solo—. Harry se posó junto a un farol y apretó su chaqueta, era ya demasiado tarde y hacia un frío que le calaba los huesos.
Mary no pudo reprocharle aquello ni decir nada más ya que Harry cortó la llamada, bajó corriendo sus escaleras maldiciendo el porqué Harry actúa como un niño, si bien es algo menor, ya debería actuar como un adulto joven.
Da un portazo y desbloquea la alarma de su auto, subiéndose y acomodando su cabello, estaba a mitad de un sueño fantástico.
Baja el espejo retrovisor para avanzar y su celular comienza a sonar nuevamente, con el nombre de Harry presente en la pantalla.
Rápido cogió el celular y lo contestó ansiosa por saber dónde se encontraba a estas horas.
—Mhm... Bájate del auto Mary...—. Harry pidió y volvió a cortar, dejando descolocada a la chica de cabello negro azabache.
Esta mira a todos lados pero no lo encuentra, así que ve ñor su retrovisor y se da cuenta que Harry está en la acera de enfrente recostado sobre el gran farol de aquella calle.
Baja enojada sin importarle asegurar su auto, con intenciones de golpear a Harry—¡Me asustaste hijo de puta!... Creí que necesitabas ayuda y no que estabas como un maldito espía frente a mi casa.
Harry no dijo nada, porque ya no podía modular, sentía su cuerpo demasiado absorbido por el alcohol y solo se mantenía ligeramente de pie gracias al farol de su costado.
Mary, luego de descargar toda su ira, se acerca a él y lo toma por el brazo para llevarlo a un lugar cálido y cómodo.
—Ven, está helado aquí fuera—. Acaricia su mejilla la cual está completamente fría apesar de su color rojizo.
Entra con Harry y lo lanza al sillón no pudiendo más su peso muerto y enciende con su control la chimenea, corre a su habitación para bajar la manta más calurosa que pueda tener y desciende para abrigar a Harry quién mira como si fuese zombie el techo mientras está recostado en el sillón.
—Toma—. Lo abriga y se sienta en la esquina, tomando la cabeza de Harry para posarla sobre sus piernas.
Acaricia sus rulos y se siente algo culpable de tenerlo aquí y en estás condiciones, había dejado muy en claro hace tiempo que con Harry deberían ser simplemente amigos y olvidar a aventura que tuvieron.
Pero Harry es demasiado joven para eso, y demasiado arrogante para contarle a sus amigos que la chica de quién tanto alardeaba ya no quiso seguir junto a él aquella aventura.
—No me veas así...—. Al cabo de un par de horas Harry murmura abriendo los ojos, mirando a Mary como cabecea del sueño que la está invadiendo.
Enfoca su vista a su reloj y nota que son las 4 de la mañana—Demonios.
—¿Cómo te sientes?—. Mary pregunta y se mueve para que Harry se siente y estén ambos en la misma posición.
—Me duele todo—. Ríe secamente, pero por dentro de siente avergonzado, prometió nunca llamarla, en especial cuando se emborracha, ya que sabe que se le saldrá lo que nunca podrá decirle sobrio. No puede permitir que su orgullo sea aplastado, por más que ya Mary lo haya hecho sin malas intenciones.
—Debería irme cariño—. Harry murmura y se pone de pie, arreglando su pantalón y palmandolo, concentrándose en que nada le haga falta, en especial las llaves de su departamento. Maldiciendo internamente haberla llamado así.
Mary niega y le ofrece la manta—Puedes quedarte hasta que sea de mañana, Bob llegará para el desayuno luego de su viaje.
Harry aprieta sus dientes y niega, dándole una sonrisa. Escuchar el nombre de la pareja oficial de Mary hace que le de acidez, no podría estar bajo el mismo techo del hombre que logró enamorar a Mary.
—Vamos bebé—. Mary le sonríe cariñosamente, pidiendo con sus grandes ojos que acepte y se quede, aprecia mucho a Harry y no se perdonaría si le sucede algo malo.
—No me digas así, maldición—. Harry se queja y arruga sus cejas.
—Pero si te gustaba—. Ella ríe, recordando como entre todos los amigos cercanos se llamaban así, mientras Harry y ella se acostaban, lo cual para ambos era algo ligeramente especial y de ellos, exclusivo.
—Lo hacía, pero ahora hay otra persona quien me llama así—. Muerde su mejilla, al verla sonreír y brillar sus ojos, no siente más que enojo, él necesitaba una reacción de ella, pero no esa, quería siquiera sentir una pizca de celos por parte de ella, pero no la recibe.
—No sabes cuanto me alegra, eso significa que ya haz olvidado todo y aquello que dijiste era solo para molestar, ¿no?—. Mary se levantó y abrazó a Harry, quién se encontraba tenso y con ganas de besar sus labios. Recordando la calidez de estos y la de su piel, sintiendo que esos momentos ella era un haz de luz que pasó demasiado rápido en la vida de Harry.
Carraspea y ella se aleja, va a la cocina y trae un vaso de agua ofreciendosela a Harry.
—Estoy algo cansado, creo que dormiré un poco más y luego me iré a casa—. Harry sonríe sin mostrar los dientes, sintiéndose cada vez más patético y mentiroso.
No quería asimilarlo pero está solo, aunque tenga el cariño de todos y en especial el de Mary, no tiene su amor, se enamoró de quién le dijo que no lo hiciese. Pero ya sabemos cómo terminó todo esto.
Mary asiente y quita todos los cojines, deja la chimenea encendida para que le dé calor y avanza hacia él.
—Descansa Harry—. Se despide de él, dándole un dulce beso en ambas mejillas, mirando sus ojos, los cuales reflejan temor y ella no quiere imaginarse que es a causa de su término. Ambos deben ser maduros y está segura que en unos años o incluso menos Harry encontrará a su verdadero amor y será completamente feliz.
“I know that you're trying to be friends, I know you mean it, don't call me baby again... It's hard for me to go home”.
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Fine Line |hs|
RandomCada canción, tiene una historia detrás. ó Donde yo interpreto las canciones de este maravilloso álbum.