A Jungkook, la vida le enseñó que debía comportarse de la misma manera que la mayoría de las personas porque no aceptaban lo que era diferente a ellos.
Cuando llega a la universidad, conoce a un castaño de facciones bonitas que representaba lo que...
Quizás, sólo quizás, a Jeon Jungkook le gustaba un poquito Kim Taehyung. Solo un poquito.
Nadie podía culparlo, eso no estaba en sus manos; simplemente pasó.
Había pasado un mes desde que se volvieron amigos y desde hace una semana el azabache estaba pensando seriamente qué es lo que sentía por él. No podía decir que era un sentimiento de amistad, porque sabía que era más fuerte que eso, pero tampoco creía que podía decir que estaba enamorado, ya que no creía que era tan potente (o al menos quería pensar eso).
Así que había llegado a la conclusión de que le gustaba un poquito Kim Taehyung.
Y le daba miedo.
Nunca le importó realmente su sexualidad, así que el problema no estaba en esa área. El problema era que temía que ese sentimiento afectara de alguna forma en la relación amistosa que habían construido.
Al principio el castaño aún huía un poco de él, pero con el tiempo pareció acostumbrarse o se sentía cómodo con su presencia, ya que, a pesar de que no lo buscaba, era capaz de iniciar una conversación por su cuenta y se veía más relajado con su compañía.
No sabía todo de él (entre esas cosas su enfermedad), pero sí conocía mucho más que quienes sin justificación lo trataban el "rarito" de la universidad.
Jungkook supo que algo había cambiado tres semanas después, cuando Taehyung por primera vez le mostró su hermosa sonrisa y todo lo que pudo hacer fue admirarla y sentir su corazón latir desenfrenado dentro de su pecho por la linda vista que estaba presenciando.
Le había costado acercarse al castaño, no quería perder la amistad que forjaron únicamente por un gusto que esperaba se disolviera lo más pronto posible.
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Jungkook suspiraba y fruncía el ceño cada vez que llamaba a Taehyung y su celular le indicaba que dejara un mensaje en el buzón de voz.
El castaño le había dicho que pasaría al baño antes de que se fueran, por lo que el azabache decidió adelantarse y esperarlo en la entrada del recinto.
Pero eso había sido hace más de media hora.
Cuando la preocupación comenzó a aumentar dentro de él, guardó su celular en el bolsillo trasero de su pantalón y se encaminó hacia el interior del edificio. Caminó lo más rápido que pudo a través de los pasillos y se dirigió al baño de hombres más cercano a su salón.
Estando cerca, escuchó un ruido proveniente del interior del cuarto, aceleró el paso y abrió la puerta, sin gustarle la imagen frente a sus ojos. Taehyung estaba tiritando en una esquina, completamente empapado y abrazando sus rodillas, mientras que dos chicos se dedicaban a sacar los cuadernos de su mochila y arruinarlos uno a uno.
