A Jungkook, la vida le enseñó que debía comportarse de la misma manera que la mayoría de las personas porque no aceptaban lo que era diferente a ellos.
Cuando llega a la universidad, conoce a un castaño de facciones bonitas que representaba lo que...
—Entonces... él te besó a ti y tú lo besaste a él— SeokJin repitió y Taehyung asintió. —Si sólo pasó eso... ¿por qué parecía que estabas a punto de explotar por lo rojo que estabas?—
—¡Mierda Jin!— Gritó y cubrió su rostro con ambas manos. —No lo sé, ¿bien? Estaba nervioso... supongo que fue eso—
—¿Qué tanto se acercó a ti?—
—Me besó, ¿qué distancia te imaginas?—
—Pudo haberse inclinado— Entrecerró los ojos.
Suspiró y puso las palmas de sus manos frente a frente, dejando un espacio de separación de un centímetro entre estas. —Algo así—
—Oh no...— Susurró. —Casi te roba la virginidad ese-—
—¡SeokJin!— Le lanzó una almohada para que se callara; lo estaba avergonzando más de lo que ya se sentía. —No iba a hacerlo... lo conozco—
El rubio quitó la almohada que había caído en su rostro y lo miró atento. —Estás más que colado por él— Taehyung evitó su mirada. —Mientras te trate bien, prometo no matarlo—
Frunció el ceño. —¿A qué te refieres?—
—Ambos se gustan... ¿no van a ser nada más que amigos?—
El castaño miró sus manos; no había pensado en eso. —No lo sé— Susurró.
—¿Tú quieres?—
Taehyung pensó bien la respuesta que daría.
Era complicado, Jungkook era encantador, divertido, agradable y... él no tenía mucho que ofrecer a una persona como el azabache.
El rubio, al ver a su hermano dudar, agregó algo más. —¿Serías feliz si eso pasara?—
La pregunta se veía más sencilla si se formulaba de esa manera, era más fácil llegar a una respuesta en poco tiempo. —Sí, pero...— Suspiró. —¿Y si le hago daño?—
—¿Quieres hacerle daño?— El castaño negó. —Entonces no sé a qué le temes— Se ganó una mirada curiosa. —Tae, ya basta de tener miedo, te estás privando de disfrutar tu vida por una estupidez— El castaño frunció el ceño. —No digo eso por el accidente de Jimin, lo digo por el estúpido sentimiento que te provocó ese suceso— Suspiró. —Si tan solo me dejaras decirte cómo está, tú-—
—No— Interrumpió. —No quiero saber— Y a pesar de que SeokJin sabía que era una mentira, prefirió callarse en ese momento. —Lo intentaré, ¿bien?—
—Bien— Asintió. —Ahora... ¿me dejas enseñarte algunas cosas?—
Eso no sonaba para nada bien.
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Como todos los días, Taehyung ya estaba en el salón de clases cuando Jungkook llegó, pero esta vez había algo diferente; la capucha de su polerón trataba de cubrir lo máximo posible su rostro y se veía tenso.
