día 06

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A Mingi le tocaba dormir en el piso. O eso se suponía.

Pero en realidad estaba acostado en el sofá de la sala de composición que Hongjoong tenía. Ya llevaba durmiendo allí varios días, y era bastante cómodo, además de que; o nadie se daba cuenta, o simplemente no les importaba.

Ah, y también estaba el detalle de que no estaba durmiendo solo, sino que durmió cómodamente abrazadito a Hongjoong todas aquellas bellas noches.

Porque sí, aunque el líder normalmente lo reniegue cuando está frente a los otros integrantes, en la intimidad no era más que un bebé necesitado de mimos y cariñitos por parte de Mingi, lo cual el más alto hacía con toda la felicidad del mundo.

Aunque últimamente, quizás por la cuarentena y el encierro, Mingi se sentía algo extraño alrededor de su hyung.

Cada vez que lo miraba se sentía distinto, cuando si una fuerza rara lo atrajera a Hongjoong y lo mandara a acorralarlo contra la primera pared que viera para besarlo salvajemente sin importarle nada.

Últimamente Hongjoong se veía demasiado sexy y sensual ante sus ojitos de raya.

Y justamente eso estaba pasando en aquel instante. Debían ser más o menos las 6 am, porque claramente pudo escuchar a Seonghwa despertar y bajar a comenzar con su rutina de cuarentena. Hongjoong estaba dormido dándole la espalda mientras Mingi lo abrazaba por detrás, de una manera peligrosa por los pensamientos impuros que el rapero menor comenzaba a tener al mirar a su hyung de aquella manera.

Se veía tan puro e inocente durmiendo...

Dios, Mingi se estaba comenzando a sentir... tan caliente.

Sin darse cuenta sus manos que antes estaban acariciando suavemente los cabellos del líder, ahora estaban bajando lentamente, delineando con cuidado el hermoso cuerpo ajeno, parando en aquellas apretables nalgas, las cuales estaba a punto de tocar como quería.

Si no fuera porque entró en razón, y al verse con tremenda carpa en su pantalón de pijama, decidió ir a darse una ducha. Bien fría.

Su cabeza quedó pegada en los azulejos de la pared del baño, mientras la fría lluvia artificial mojaba su cabello y espalda, esperando que así se le bajara la calentura.

Pero sus pensamientos fueron viajando en un extraño torrente que pasó por el delicioso cuerpo del líder, con sus bellas piernas, su buen trasero, su torso desnudo, su voz tan sensual al rapear y cantar, también al hablar, Dios, hasta llegar a la manera tierna que tenía Hongjoong de hacer pucheritos cuando estaba distraído, o su aegyo cuando quería algo y sabía que lo conseguiría con Mingi.

Un jadeo salió inconscientemente de los labios de Mingi.

Justo cuando la puerta se abrió y entró un preocupado Hongjoong.

Codenada suerte la suya.

Estúpido universo, ¿qué te hice?

—¡Perdón, Mingi!, pero por casualidad tiré de la cadena del otro baño y venía a ver si el agua te había salido helada —Dijo Hongjoong algo avergonzado.

Esperen, ¿había otro baño?

—U-uhm, t-tranquilo, hyung, está todo b-bien —Tartamudeó Mingi completamente nervioso y a la vez muerto de frío. Con aquel susto se le bajó toda la calentura y su erección había cedido a la gravedad.

—Ah, genial. Estaba preocupado —Suspiró Hongjoong. —Bueno, dice Seonghwa que te apresures, en un rato estará el desayuno —Dijo antes de que se escuchara la puerta cerrarse tras él.

cuarentena • ateezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora