I love you 3000

Ella.

ROBERT.

No sé que rayos estoy haciendo pero llamarla fue lo único que se me ocurrió. Estoy tan eufórico por la noticia de mi incorporación a esta nueva película que necesitaba desahogar esta felicidad en algún lado; sé que no es una buena idea y su amiga Amy me lo hizo saber con lujo de detalles cuando realicé esa llamada y para mi mala suerte fue ella justamente la que contestó.

Ahora, esta mujer que me  aborrece y en mayúsculas, está en camino al café donde quedamos para devolver esta pequeña billetera a la dueña que tanto daño está provocando a mi paz mental. Sé que no podré verla hoy pero no me rendiré solo por que a su amiga le caigo un poquito, bueno, muy mal. Aunque entiendo sus razones y creo que Kat fue sincera con ella sé sinceramente que tuve mis motivos y pienso dejarlas en claro con Amy. Claro, si es que me permite hacerlo.

— No tenía idea que a los actores famosos les daba por esculcar las cosas de los demás— La rubia decía irritada cuando llegaba a mi lugar extendiendo una mano para reclamar aquel objeto que le pertenecía a su amiga.

— En realidad no, al menos no de mi parte pero, ¿Cómo crees que iba a devolverlo? ¿Con telepatía o algo así?— decía bebiendo mi café de lo más tranquilo e ignorando el sonido de su respiración que se volvía cada vez más  pesada por la rabia ante mis palabras.

— Sabes a lo que me refiero, no te hagas del inocente. Todo eso es una excusa barata para atraerla a tu cama y terminar lo que empezaste anoche. ¿Quién te crees que eres? Te dejo en claro una sola cosa: Jamás permitiré que ella se acerque a ti. Tenlo por seguro. No dejaré que la consideres una más de tu colección de tipas huecas que solo llaman tu atención por que estabas aburrido. No se lo merece, además ya tiene pareja y no lo dejará por alguien que aún intenta descifrar su miserable vida como persona y su intento de ser actor. Así es que te recomiendo que te hagas a un lado por las buenas— Dejé de beber inmediatamente de aquella taza humeante y la observé con los labios apretados por la rabia, pude verla con una media sonrisa regodeandose por que demostré que lo que dijo me afectó y admito que así fue. Todas esas palabras me molestaron. Demasiado. Ella no tiene ni la más mínima idea de quien era y como vivía mi vida. Si todo eso que salió de su boca provenía de aquellas informaciones inventadas por programas de chismes baratos pues está en extremo equivocada. Intento lidiar con mi asquerosa vida sí, pero jamás arrastraría a Kat con ella. Aún no sé ni porqué estoy pensando siquiera en protegerla, no la conozco en lo  absoluto, apenas hablamos una sola vez pero creo que le daría toda mi vida y ella seria capaz de resolver todo lo que me aqueja con solo verla sonreír.

— Bien, bien. Es suficiente. Ni siquiera me conoces. Te  agradecería que guardes tu odio para alguien más que sí lo merezca. No hice nada que lastimara a Kat y lo sabes. Ni siquiera me acosté con ella; admito que la llevé a mi casa pero solo porque había bebido demasiado, ni siquiera la toqué. Aunque ganas no me faltaron. Ah, princesa no creas todo lo que ves por televisión. Ya no tienes ocho años, madura ¿si? Deja a tu amiga hacer su vida como le plazca y con quien le plazca. Ya está grandecita para saber que quiere. Tu papel de niñera insoportable está demás y aburre— dije eso solo para provocarla más y funcionó con éxito, ya había formado su manos en puños enrojecidos. La observaba cínicamente mientras continuaba.

— Kat de verdad me gusta y debo advertirte YO esta vez que cuando eso me pasa con alguien, no dejo las cosas a medias. Y, ya que lo mencionas, acerca de su “pareja"— recalqué formando comillas en el aire— debo decir que muy feliz no está con aquel sujeto y fui testigo de eso, déjame decirte que estuvo triste toda la noche por su culpa y me alegró estar ahí para consolarla.—terminé diciendo regalándole un guiño que claramente no le cayó para nada bien, ya que de un brusco movimiento me arrebató lo que sostenía en la mano y se retiró rápidamente. La seguí y pude darle una advertencia más a sus espaldas.