Nada será igual.

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¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?

Kat se alejaba de aquella cercanía que la había dejado sin la habilidad de moverse. Todo acerca de ese hombre la desconcertaba. No podía imaginar el poder que tenía sobre ella su sola presencia. Y para no dejar en claro su obvia debilidad hacia él solo se alejaba ni bien recuperaba fuerzas de aquellas sensaciones que la sofocaban terriblemente.

Tranquila Bonita. Ya habrá tiempo para las explicaciones. Ahora necesitas recuperarte de lo que pasó con ese tipo. Ven vamos por un café.

Robert decía con una actitud tan calmada que lo transmitía con éxito a su receptora que solo podía mirarlo sorprendida y quién al final aceptó sin siquiera dudarlo.

Aún no me respondes… Cómo lograste hallarme. Porque Amy no te daría mi dirección aunque su vida dependiera de ello. Lo sé porque me comentó de su pequeña reunión de esta mañana.

Sé que no. Ella me detesta y más aún después de lo que le dije. Vamos, entra al auto rápido que algunas personas ya me reconocieron y no quiero exponerte a que seas noticia de algún tabloide barato.

El actor decía un poco impaciente ante algunas miradas curiosas que ya se posaban sobre él. Pensaba que unas gafas oscuras y un gorro no son un buen camuflaje después de todo. Menos aún su auto deportivo tan lujoso estacionado frente a un pequeño parque familiar.

No lo sé… Robert, creo que no es buena idea.

Tampoco es buena idea quedarse aquí con tanta gente a nuestro alrededor. Por favor Kat. Entra al auto.

Mmm Esta bien.

Aceptó finalmente ante el desesperado pedido del trigueño quién rápidamente bordeaba el auto hasta el asiento del conductor. Finalmente escuchó el motor encenderse y alejarse en forma apresurada de aquel lugar el cual había sido testigo de una dolorosa ruptura y el comienzo tal vez, de una historia enigmática y sin restricciones como el hombre a su lado.

Ojalá no te importe que vayamos a un departamento que tengo por aquí. La utilizo en casos de emergencia o cuando quiero escapar del mundo. Además, Ir a un lugar público seria arriesgado para ambos. No te dejarían en paz y eso no me lo perdonaría jamás. Quiero protegerte de eso.

El actor hablaba con tanta seguridad que Kat solo podía mirarlo con cierta curiosidad. No entendía por qué confiaba tanto en él, y se dejaba llevar con cada palabra que decía, si apenas y lo había conocido la noche anterior y solo esta mañana había sido desastrosa para ella.

Solo será un momento. No me siento con ganas de hablar siquiera.

Kat trataba de ser lo más discreta posible frente a él, aunque le resultara difícil actuar de esa manera delante de alguien que no dudaba en hacer uso de su seductora manera de hablar o sonreír para obtener lo que quería y lo cual ya hacía efecto sobre ella. Reflexionaba silenciosamente que él podría manejarla solo con mirarla directamente y eso sería más que suficiente para que paralizara  todos sus sentidos e hiciera todo lo que quisiera de ella. No se perdonaba que fuera así de fácil, odiaba pensar eso pero no podía evitarlo. No dejaría que eso salga a la luz, al menos no pronto.

Lo sé y lo entiendo. Solo quiero ayudar. Quiero que te olvides por un momento de ese hombre y de lo triste que fue esa despedida para ti y lo humillante que fue para él.

Robert no evitó soltar una pequeña sonrisa al pronunciar esa última parte.

El actor había utilizado la información personal que había encontrado en la pequeña billetera para localizar a Kat y su paradero porque era más que obvio que su querida amiga no sería demasiado colaborativa con él. Así que, decidió finalmente dirigir su camino hacia aquella dirección que había anotado cuidadosamente en un papel.

I love you 3000Donde viven las historias. Descúbrelo ahora