Lejos de aquí.

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Mmm… está bien. ¿Susan tiene que ir? Ok. Lo entiendo. Si… no te preocupes. Ahí estaré. ¿Qué dices? Claro que estoy feliz. Nos vemos. Adiós amigo.

Robert terminaba la llamada con su gran amigo Jon tras confirmar la fecha de lo que sería la firma del contrato para la nueva película de Iron man. Estaba emocionado e ilusionado acerca de esta nueva etapa en su vida; después de tanto tiempo el panorama acerca de su futuro al fin puede verse claramente y sin ningún obstáculo. Todas las personas que confiaron en él y las que lo criticaban verían como al fin renacería cual Ave fénix de sus cenizas listo para volver a mostrar sus alas y volaría alto de nuevo esparciendo así, el talento con el que nació y el cual no lo desperdiciaría de nuevo con malos hábitos. No volvería a decepcionar a nadie y se había jurado que sería así a partir de ese momento.

Aprovecharía en seguir aprendiendo de sus amigos y los nuevos que vendrían con esta nueva franquicia porque presentía que así sería. Estaba feliz, de eso no cabía duda, quería salir a festejar, pasarla bien y compartir su nuevo trabajo pero finalmente pensó que seria un gran retroceso en su avance hacia la sobriedad y buen comportamiento. Era adicto a los excesos y sabía que si aceptaba cualquier ofrecimiento ésta no terminaría bien y aparecería de nuevo engalanando aquellas portadas de aquellas revistas que tanto lo criticaban sin piedad.

Finalmente y en forma casi automática tomó el valor que la alegría le ofrecía y marcó aquel número telefónico que ya sabía de memoria, ya que intentaba marcarlo y lo borraba nuevamente arrepentido de cada dígito. Necesitaba saber de ella, quería saber si estaba bien o si aún seguía afectada por todo lo que había vivido el día anterior; no haber recibido una respuesta a su mensaje le dio un indicio de que posiblemente seguía afectada por sus sentimientos. Acercarse a ella no sería fácil, más aún por los hermanos maravilla a su alrededor. Amy y Oliver serían la piedra en su zapato en su camino a conquistar a Kat pero no lo asustarían ya que era el mismísimo Robert Downey jr y peores cosas y a peores personas se había enfrentado.

….. llamando… llamando… llamando… contestadora.

Hola linda, sé que aun estarás recuperándote de todo lo que pasó y sé que necesitas tu espacio pero solo quiero que sepas que aquí estaré para escucharte y apoyarte en lo que necesites. Prometo no ser un imbécil y molestarte con mis cosas, respóndeme cuando puedas ¿está bien? Adiós Kat.

Robert estaba nervioso después de ese mensaje no quería parecer inoportuno pero el querer obtener aunque sea un atisbo de información acerca de la trigueña que atormentaba sus fantasías lo desesperaba de formas que no lograba imaginar y en un movimiento casi inexplicable haber dejado a un lado su ego de conquistador por alguien quien ni siquiera le daba respuesta, lo desconcertaba y por ende la hacía más atractiva para él.

Kat era un enigma que quería resolver.

De repente su teléfono le daba aviso de que un mensaje había llegado, despertándolo de su agradable ensueño con aquella mujer de ojos hermosos.

“Te veré en mi casa para almorzar, no te preocupes por Amy, ella fue a la universidad y no volverá hasta el anochecer”

Una enorme sonrisa apareció en su confundido rostro, no lo podía creer. Kat, su Kat al fin le daba una tregua a su desbordada imaginación y le hacía saber que él le interesaba después de todo

¿Estaba emocionado? Demasiado. ¿Nervioso? Sin duda. ¿le compraría flores? Y de las más caras.

El camino hacia su destino se hacía más largo de lo normal ya que la expectación y el deseo de sentirla cerca de nuevo hacían que ese calor agradable el cual aparece en aquellos momentos de ansiedad lo consumiera de una forma intensa pero agradable.

I love you 3000Donde viven las historias. Descúbrelo ahora