Decisión.

140 6 6
                                    

《FLASHBACK PARTE II》

KAT

Mi mente viajaba sin ninguna consideración hacia aquel hombre; todo indicio de voluntad propia había desaparecido. No quería estar más que en sus brazos o en menor escala a su lado al menos. No entendía porqué me sentía así. Si, sabía quién era y todo lo que le precedía, su familia, su carrera, sus escándalos con la ley, sus adicciones y... hasta sus mujeres. Tenía conocimiento de su larga pero fallida relación con aquella productora y su actual situación amorosa como el soltero más codiciado. Era imposible no saber de él, todos los programas de espectáculos se dedicaban tanto a defenestrarlo como a admirarlo y estar al tanto de las celebridades en este país y en la ciudad donde vivo era casi inevitable.

Por eso verlo en persona, parado frente a mi y buscando mi mirada me dejó perpleja; era bien sabido que el actor se jactaba de poseer muchas amantes en su vida, pero que sus ojos me buscaran entre tantas mujeres quienes eran mucho más llamativas que yo, me intrigaba. Sabía que no terminaría bien si me llegara a involucrar aunque sea con un saludo con este sujeto pero era Robert Downey Jr lo admiraba desde Chaplin, amaba ese filme y conocer algo detrás de ese personaje entrañable que había personificado me convertía en una fan más, dispuesta a pasar por alto su desdeñosa actitud.

No iba a ser un pecado mortal saludarlo y seguirle la corriente un rato; quería saber que tan inalcanzables se consideraban estos actores de Hollywood y como pensaban. Era una situación que no todos tienen la oportunidad de saborear y, estando yo tan cerca de ello no lo podría desaprovechar.

Mis pensamientos hacían ebullición con cada idea que se me cruzaba con las preguntas que le haría cuando lo tuviera cerca y pueda tal vez, entablar una conversación con él. Claro, si esas cinco mujeres que aparecieron de repente lo dejaran respirar aunque sea unos minutos. No pude evitar voltear los ojos por el disgusto al verlas mostrar tanta coquetería barata, sin duda alguna, en estos casos me resulta imposible presenciar tal acto patético de mis congéneres y lo peor de todo puedo verlo disfrutar de dicho espectáculo tan arcaico y poco decente.

De vez en cuando pillaba mi mirada de aburrimiento a su circulo de mujeres promiscuas e irreverentes y me lanzaba sonrisas burlonas que hacían que volteara rápidamente por el disgusto. No eran celos, pero me molestaba que se conformara con tan poco, habiendo tantas mujeres listas así como hermosas dentro del recinto.

Cansada de observar todo ese circo me disculpo con Amy y Bruno para salir a tomar un poco de aire fresco y quitar ese patético teatro del cual era testigo. ¿Estos grandes hombres de la industria siempre se conformaban con lo fácil? Me cuestionaba internamente.

Mis amigos apenas y asintieron en forma distraída a mi excusa de querer salir de aquel lugar ya que, estaban inmersos aún por la discusión del príncipe Carlos y sus desventuras dentro de la Corona inglesa. Amy nunca dejaba una discusión sin acabar por lo tanto no me sorprendía que ni le hubiera llamado la atención la presencia de aquel problemático actor en la fiesta.

La noche era fresca y la luna apenas aparecía en el firmamento; éstas últimas semanas el clima iba variando dando paso a la siguiente estación que era el otoño. Debo admitir que adoro los climas fríos, es tan reconfortante para mí caminar y disfrutar la sensación del viento fresco chocando por mi rostro y ver a las hojas secas y sus diferentes matices naranjas caer delicadamente sobre la tierra. Definitivamente es un gran espectáculo de la naturaleza que aprecio de una manera muy especial.

Estaba disfrutando del susurro de la noche adentrándose en todos mis poros, alejada de todo ese ruido artificial y las personas que lo disfrutaban, cuando de repente sentí que algo me cubría para protegerme de aquel viento que ondeaba mis cabellos levemente. Me revisé y pude observar un saco oscuro que me rodeaba, no me había dado cuenta que me estaba abrazando a mi misma entonces. Tal vez alguien pensó que me estaba helando y fue amable en protegerme de esa sensación de frío.

I love you 3000Donde viven las historias. Descúbrelo ahora