Decisiones

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Para el anochecer, las armas e instrumentos se reunieron nuevamente en el JingShi para continuar con aquella "entretención" que llevaban desde hace un rato. Esta vez, como acordaron antes, era el turno de SuiBian de continuar con la narración de su punto de vista sobre los hechos pasados.

—Bien, entonces, ¿sólo me concentro en algo que quiera cambiar y ya?—cuestionó al mirar a WangJi, quien nuevamente tenía a ChenQing entre sus brazos.

—Efectivamente. Elige con cuidado el hecho que quieras cambiar y desde ahí el relato se irá contando solo, eso a menos que lo que cambies desencadene una serie de cosas que podrían alterar la historia por completo.

—De eso se trata, ¿no?—indicó sonriendo ampliamente, acomodándose mejor junto a BiChen a modo que sus rodillas al menos pudieran tocarse.

—Oigan, oigan, también quiero ver—interrumpió YinFeng al sentarse a su lado, algo desparramado.

—¿Cómo te fue con esos dos?—indagó el castaño al mirar al otro.

—Bastante bien...la verdad están de buen humor...—respondió, aunque con cierto dejo de tristeza por ambos espíritus.

—BiChen te lo advirtió, así que ahora no hagas una escena si no te dieron el amor que querías—molestó el castaño, dándole codazos suaves en el brazo.

—Cállate o te quito a BiChen—musitó sacándole la lengua.

—SuiBian, concéntrate, nuestros amos llegarán en cualquier momento y no podremos continuar—aclaró WangJi con cierto tono de molestia por lo ruidosos que eran esos dos.

—Está bien, está bien, ya voy—se sentó correctamente y cerró los ojos, pensando detenidamente lo que iba a cambiar para así poder iniciar con aquello.

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QingHe, secta Nie, mediodía.

Decidió que sería bueno tomarse unos minutos de aire puro luego de revisar tantos papeles en su estudio, y es que últimamente había más movimiento de documentos del normal, lo que de cierta forma le ponía un poco de malhumor, ya que descuidaba el entrenar personalmente a los discípulos. Sin embargo, cuando estaba atravesando por el pasillo que daba al patio de entrenamiento, vio que del otro extremo venía su joven asistente y segundo al mando, mas al acercarse en busca de llegar a él escuchó algo que le hizo apretar las cejas hasta que casi parecieran que era sólo uno:

Nuevamente escuchó aquel "hijo de puta" cuando se referían a aquel joven que estaba bajo su protección. Apretó la empuñadura de su sable, en busca de machacar algo de respeto en esos aprendices, cuando notó que el menor que acercaba por el pasillo ya estaba casi frente a él, así que olvidó el enojo inicial para bufar fuerte y acercarse al encuentro con el otro.

—Meng Yao, ¿qué haces? Dijiste que estarías descansando hoy—mencionó algo serio producto de lo que antes escuchó.

Por su lado, el menor al ser llamado así sintió como sus ojos se iluminaban brevemente con la voz fuerte del mayor, por un instante no pudo controlar el tenue sollozo que trae atorado en su garganta, mordiendo la esquina de su labio tratando de contenerse.

—Y-Yo sólo salí a...tomar algo de aire...—disimuló su mirada desviándola al costado tratando de restar importancia a lo recién oído.

—Ven, pedí que prepararan té—dijo al llevarle a su despacho para así poder estar tranquilos y poder planificar mejor las cosas.

Meng Yao asintió en silencio, siguiendo al mayor por el pasillo hasta una mesita de té donde toma lugar.

—¿Sucede algo? Normalmente no andas tan deprimido por los pasillos. ¿Ocurrió algo que te afecte tanto?—indagó alzando una ceja al querer conocer el estado del más bajo.

What if? [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora