Yong Xiu

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La secta Yong Xiu está oculta en los bosques que rodean la ciudad principal de la región Qi, Yong. La ciudadela que utiliza la secta es conocida por los habitantes como Claro de Luna, debido a que es el único sector de la zona en donde la luna resplandece como el sol del mediodía, como si nada más estuviera ahí para impedir que su luz llene cada rincón.

La secta fue fundada por una cultivadora que decidió seguir un camino distinto al que había sido establecido tras descubrir que ciertas prácticas no eran del todo malvadas como todos aseveraban y se retiró a las montañas en donde años más tarde conoció a quien sería su compañero de cultivación por algunos años y con quien tuvo cuatro hijos, de los cuales sólo dos consiguieron seguir los pasos de sus padres debido a que los otros murieron a una edad muy temprana por una extraña enfermedad que asoló varias partes de la región.

Con el paso del tiempo, y ya teniendo una familia de sangre en aumento, comenzó a formarse un pequeño clan, el cual poco a poco fue construyendo inmediaciones en donde poder desempeñar labores como entrenar o elaborar elementos para las cacerías nocturnas. Todo bajo la regla sagrada de permanecer ocultos y jamás decir la secta a la que pertenecían ni dónde se ubicaban, puesto que al no seguir las mismas prácticas, podrían desencadenar un conflicto con otras sectas y clanes. De esta forma, conociendo personas, estableciendo conexiones y lazos con otras entidades del mundo de la cultivación, Yong Xiu poco a poco ganó reconocimiento en la región y se consolidó como una secta sin que los demás lo notaran o la reconocieran, después de todo ellos no buscaban hacerse conocidos, al contrario, sólo querían cultivar en su propio camino sin que los demás llegaran a inmiscuirse. 

Cuando ya alcanzaron un número considerable de miembros fue que comenzó a evidenciarse un hecho insólito en esos tiempos: las personas que descendían de Xiu BingQing, es decir, el clan Xiu, eran sólo mujeres. Por alguna extraña razón todos los bebés nacidos directo de los genes de BingQing eran del sexo femenino, jamás nacían hombres, lo que poco a poco comenzó a esparcir un extraño rumor. Si bien en la secta había hombres que no pertenecían al clan principal, no todos contraían matrimonio con las mujeres del clan Xiu e incluso si así lo hicieran, los hijos que nacieran de esa unión serían sólo mujeres, lo cual provocó que a largo plazo los miembros de la secta Yong Xiu fueran el noventa por ciento féminas. El rumor entonces decía que las mujeres de la secta sólo buscaban un hombre para quedar embarazadas y luego jamás volvían a verlo y que, si éstos querían ir con ellas a la secta, sólo tenían dos opciones: ser esclavos por toda la vida o bien, morir. Pero la realidad era totalmente distinta, aunque algo de verdad había en ello; por un lado la gran mayoría sólo buscaba embarazarse para darle continuidad a su lugar dentro de la secta, algunas contraían matrimonio con hombres de las ciudades de la región y, si ellos demostraban ser rectos y respetaban las reglas de la secta, se les permitía vivir dentro de la ciudadela sin ningún tipo de problemas. De esta forma que Claro de Luna poco a poco adquirió el tamaño que tenía en la actualidad, donde tanto cultivadores y personas comunes convivían tranquilas sin una jerarquía marcada más que para identificar a la líder de la secta y sus descendientes, es decir, en Yong Xiu no había sirvientes ni nada parecido, todos eran iguales y los títulos eran sólo algo dicho de palabra.

En cuanto al extraño horario de actividad de la secta en general, se debía a las técnicas de cultivación heredadas desde su fundación, éstas primaban el combate nocturno y el uso de la energía que sólo podía darse cuando todo estaba rodeado de oscuridad. Además, las armas e instrumentos espirituales utilizados por los miembros, recibían una energía especial que manaba directo de la luna, por lo cual eran muchísimo más fuertes durante la noche, especialmente cuando el cielo estaba despejado y la luna resplandecía en su punto máximo. Los entrenamientos iniciaban desde muy temprana edad para así desarrollar una visión nocturna excepcional que les facilitara el desplazamiento en situaciones peligrosas en las cacerías nocturnas, mientras que los entrenamientos diurnos sólo se desarrollaban después de los quince años, puesto que en ese momento el cuerpo ya estaba acostumbrado a la vida nocturna y sólo debía aprender a desempeñarse en ambos momentos del día, esto con la justificación de que era extraño, pero no imposible, el enfrentar monstruos y espíritus a plena luz del sol.

What if? [MDZS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora