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–Reich– Una voz grave salió de los labios de aquel imperio, acercándose a paso lento y firme, "fijando" su mirada en su objetivo, podría no ver, pero su oído era perfecto.

El alemán tragó en seco y se acercó al austrohúngaro, viendo como el pequeño se aferraba a la pierna de su otro padre, mirando al otro con algo de miedo.

–Lo siento– Fue lo único que salió de la boca del Imperio alemán, haciendo que el otro riera levemente.

–Fue tu culpa Reich, no puedo estar más con el.. cuidalo, se que nuestro amor ya es un caso perdido, pero no quiero que le pase nada.

Tomó al pequeño austroalemán entre sus brazos y se lo dió al mayor, el cual cargó a su hijo con cuidado.

–Hasta nunca pequeño, cuida bien tus nuevos papis..– Le dió un suave beso en la frente al menor, haciendo que este comenzase a llorar y a patalear con fuerza en el agarre del mayor, rezando por qué el otro no se fuera, era la única persona que lo había cuidado por tanto tiempo.

El chileno trataba de tranquilizarlo, mientras esté solamente pegaba puñetazos al aire, tratando de zafarse de aquel agarre.

Mein Chile...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora