Capítulo 32.

1.2K 163 20
                                    


No conseguí mucha información por parte de Milo, él se mostró igual de reacio de contarme lo que había pasado pero por lo que llegué a pesquisar, la cosa entre Nash y él había comenzado a ir realmente en serio y por un movimiento imprudente de Alex todo se había ido a la mierda y Nash lo había terminado de alejar. En ese momento Milo no se veía bien, pero incluso Nash, a pesar de ser el culpable, se veía peor. Por esa razón decidí llevar a Milo conmigo y esperar a que el destino los reuniera... bueno, básicamente retuve a Milo en mi departamento hasta que Nash llegó, pero ellos ni siquiera hablaron, eran tan cabezas duras.

Salí del baño donde me había encerrado para poder darle un tiempo a solas y, con mucho temor, noté que eso no duraría mucho más. Nash se notaba completamente conmovido por el encuentro y era cuestión de tiempo para que pidiera disculpas y volviera a su lado. Quién diría que esos dos muchachos finalmente terminarían juntos.

Me acerqué a mi teléfono y tecleé un mensaje para Milo, para pedir disculpas por la situación cuando me enteré que Ian había hecho su flameante aparición justo en el momento en que mi amigo abandonaba el departamento. Pero él respondió con un "No hay problema" bastante cortante así que lo dejé, hablaría con él personalmente para aclarar todo.

En ese mismo momento ingresó un corto mensaje de un número que no tenía registrado: simplemente decía "Hola. Repasé mentalmente a quién le había dado mi teléfono por esos días y ningún nombre vino a mi mente. Así que respondí como lo haría en cualquier situación similar. Le dije quien era y le pregunté quién era porque no había registrado su número.

La persona al otro lado se mostró inmediatamente ofendida por no recordarle y pedí las disculpas correspondientes. No es que me quisiera enganchar en ese drama, pero me parecía de mala educación de mi parte no recordar a quién le pasaba mi contacto. Insistí en que me dijera quién era y volvió a negarse insistiendo en saber cómo me encontraba a lo que respondí que no se lo diría.

Segundos después el teléfono comenzó a vibrar mostrándome la llamada entrante. Pensé en no atender, pero luego creí que no sería mala idea conocer gente nueva, digo, ya me había aburrido de la mayoría de mis amantes.

—¿Hola? —consulté con cuidado.

Josh, soy yo... —respondió una voz masculina tras de línea.

¿Eso no podía ser posible no? ¿Yo ya comenzaba alucinar?

—¿Tiziano? —arriesgué dudoso. Su suave carcajada detrás de la línea confirmó que realmente era él. —¿Cómo conseguiste mi número?

Tengo mis contactos, tú sabes ¿Pensaste que era uno de tus novios?

—No —dije de inmediato. —Porque yo no tengo novios —le recordé con tranquilidad. A pesar de todo yo no estaba enojado porque él tuviera mi número, no estaba feliz tampoco, pero no podía enojarme por semejante hazaña. —Pero sí, me había ilusionado en que podía ser alguna de mis antiguas conquistas... tú sabes, me gusta variar de vez en cuando, y las de ahora ya me están aburriendo un poco —confesé.

Tan versátil, me gusta —rió con alegría.

No Tiziano, yo no te gusto y tú no deberías decir eso tan a la ligera. Suspiré, lo dejaría pasar por esa vez.

—¿Qué hacías? —consulté para cambiar de tema.

Recién termino de estudiar. Creo que voy a comer algo y luego intentaré descansar. ¿Qué hacías tú?

—Dramas... —confesé. Quizás hablar de todo lo que estaba pasando con alguien, aunque este alguien fuera un idiota, me distraería un poco. —Mis amigos están en medio de uno y estaba ayudando a empeorarlo. Claro que debería estar estudiando también, tú sabes, rindo en unos dos o tres días.

Tarde Pero SeguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora