Capítulo 39.

1.2K 182 37
                                    


—¿¡Acaso estás demente?! —grité en cuanto ingresé al lugar. Nash rodó los ojos intentando ignorarme. —Tú-me-golpeaste.

—No debiste entrometerte —respondió. No Nash, esas no eran las palabras que yo buscaba.

—¿Estás bien? —quisieron saber los hermanos Rider poniéndose de pie.

Les di un asentimiento pero Tiziano se apresuró a acercarme a una silla para revisarme. Rodé los ojos ¿Por qué tenían que ser tan exagerados? Yo sólo quería que me pidieran disculpas.

—Estoy bien.

—¿Sabes? —quiso saber Tiziano a tiempo que veía a Milo moverse en busca del botiquín. —Tengo pensando especializarme en cirugía plástica, yo digo que acabas de tener un golpe de suerte al tenerme aquí.

Sonrió coqueto acercando su rostro innecesariamente cerca del mío. Lo miré de mala manera pero él no se retiró.

—Pensé que dijiste que tu especialidad sería pediatría.

Tiziano abandonó mi mirada para observar a su hermano y callarlo. Él había cortado todo coqueteo posible y lo había hecho sin siquiera darse cuenta.

—Pues entonces está bien —oí a Merlina ingresar pero la mano de Tiziano, firme en mi mentón, no me dejó verla hasta que se paró frente a mí, con un gesto molesto. —Porque Josh es un crío. ¿En serio iniciaste una pelea?

—Claro que no —aseguré viendo a Tiziano tomar el algodón que Milo le alcanzaba de pasar para llevarlo a mi herida. . —Nash lo hizo. Yo sólo estaba tratando de evitarla.

—¿Nash? —quiso saber mirando a su amigo. Extrañada. Claramente eso no era algo propio de él. —¿Qué? ¿Por qué?

—Porque el idiota de Ian no puede cerrar su puta boca por un maldito segundo —dije con cansancio. Todo podría haber sido muy distinto si él simplemente se hubiera alejado, incluso Tiziano podría estar con él en se momento y no arrodillado frente a mí examinando mi herida. Allí, tan cerca de mí, tan serio. Aparté su mano de un golpe recibiendo una mirada de advertencia de su parte. —Me duele.

—Es sólo agua —dijo mostrándome el objeto.

Merlina continuó hablando, esta vez dirigiéndose específicamente a Nash, para poder entender un poco la situación. Tiziano en cambio, trabajaba en el corte que aún ardía y punzaba, pero tenía sus ojos fijos en los míos.

Tragué saliva y corrí mi mirada de él cuando su lengua salió para humedecer sus labios, en ese gesto inconsciente y tentandor que hacía todo el maldito tiempo.

—Cobarde —susurró divertido. ¿En serio era necesario que estuviera tan cerca? Él ni siquiera tenía que esmerarse tanto, yo estaba seguro que era un corte insignificante.

Me negué a volver a mirarlo, en cambió posé mis ojos en su hermano quien seguía los movimientos de Merlina, sin siquiera pestañar. Alguien debía decirle que mirar de esa manera era de mala educación, quiero decir, ya mis palabras no las había tomado en lo absoluto.

—Ian —susurré volviendo a mirar a Tiziano que detenía su limpieza y me miraba fijamente. Tragué saliva mientras él entrecerraba sus ojos simplemente esperando para ver qué tenía para decir. —Él no es bueno, lo lamento.

Negó con su cabeza y sonrió mezquinamente antes de continuar con su trabajo. Sacó una bandita y la colocó en el lugar donde aún picaba. Tiziano dejó su mano en mi mejilla e intensificó su mirada a tiempo que yo me retaba mentalmente por no poder tranquilizar mi respiración.

Tarde Pero SeguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora