The Experiment: It's Not Over Yet [2ª temporada]

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Por favor lean la nota final es importante!

Besos, mordiscos, apretones, rasguños...Todo esto Camila se aseguró de extender sobre cada centímetro de piel blanca que solo Lauren tenía. Allí, de pie entre las piernas de la mujer de ojos verdes que estaba sentada en la encimera de mármol de la cocina, la latina estaba lista para amarla.

Comenzó besando su mano libre, moviéndose lentamente a lo largo del brazo derecho de la mujer que tanto amaba. Cuando los besos aumentaron, Camila no apartó la mirada del rostro de Lauren, atenta a sus expresiones. Pasó sobre su muñeca, antebrazo, hasta que llegó a uno de los hombros, donde expuso su clavícula tirando del cuello de su blusa hacia un lado, colocando un beso húmedo allí, sin resistirse a chupar la piel entre sus labios carnosos, dejando en consecuencia el lugar suavemente marcado.

Continuó hasta su cuello, repitiendo el mismo acto, esta vez marcando la piel más fuerte, sonriendo con entusiasmo cuando vio que más tarde el chupetón estaría presente allí. Sus manos subieron por las piernas de Lauren, desde la rodilla hasta el muslo, donde la descansó mientras levantaba su rostro para estar al nivel del de ella.

Lauren apoyó una mano en el borde del mostrador, los pliegues de sus dedos más blancos que de costumbre debido al agarre que dejó en la roca, mientras que en la otra mano había un vaso. Camila, con los ojos cerrados, rozó su nariz contra la de ella, siguiendo su mejilla, donde dejo un breve beso en los labios de Lauren, suavemente teñidos por los restos del vino en el vaso. En el siguiente instante, la latina comenzó un beso ávido, deseando al otro, sus lenguas en una confrontación real por el dominio. Lauren dejó el vaso en el mostrador y esa fue la señal para que Camila agarrara ambas piernas y la acercara más a ella, envolviendo sus brazos alrededor de la mujer a quien su corazón siempre pertenecería.

Las manos de Lauren se perdieron en las cascadas del cabello de la latina, tirando de los mechones mientras Camila se chupaba el labio inferior o apretaba sus muslos.

—Lauren... —Su voz sonó arrastrada y apagada.

Camila resopló, manteniendo los ojos cerrados, tal como lo hizo Lauren. La latina fue la primera en abrirlos, solo para atacar el cuello de la de ojos verdes nuevamente mientras sus manos se dirigían a su seno derecho, invadiéndolo debajo de la blusa que llevaba sin sostén. Los besos continuaron, al igual que los toques y toda la intimidad que existía entre ellas.

Camila consumió a Lauren como si fuera la última vez que harían algo así. Luego levantó su cara para mirarla.

—Lauren... —Repitió.

Camila puso una mano contra la mejilla de la mujer, analizando su cara melíticamente, sus ojos recorrían cada centímetro de esa cara angelical que creía que había sido esculpida por los dioses en el día más feliz de sus vidas, ya que esas características eran la culminación de divinidad y soberanía que un simple mortal podría llevar.

Lauren permaneció con los ojos cerrados, parecía disfrutar de la caricia, lo que hacía imposible y salvaba a Camila de ver los ojos que tanto amaba.

La más pequeña lentamente acercó sus labios, besándola suavemente, su mano aún firme al lado de la cara de Lauren, su pulgar frotando suavemente contra su mejilla de una manera casta.

Pero ese beso había sido diferente, Camila había sentido la diferencia.

Lauren no le devolvía el beso.

—Lauren...

Las respiraciones comenzaron a romperse, la expresión de Lauren expresó una tensión que estaba lejos de ser sexual, mientras que Camila se volvió preocupada y triste.