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—Vamos, Lu. Escúpelo, ¿qué quieres decir? —Camila estaba en la cocina con Lucy, que la había buscado alegando que necesitaba contarle algo.

La mujer parecía angustiada, mientras evitaba mirar a Camila a los ojos y seguía moviendo sus dedos.

—Es solo que...lo hice aquí...

Lucy no pudo terminar su discurso cuando el sonido del timbre de Camila la interrumpió.

—Extraño, no espero a nadie. —La latina frunció el ceño. —Veré quién es, espera un momento. —Dijo y luego se retiró de la cocina.

Se dirigió hacia la puerta y antes de abrirla decidió mirar a través de la mirilla para ver quién era, sorprendiéndose con la persona detrás de ese pedazo de madera.

Lauren. Ella estaba allí siguiendo el consejo de Veronica: dándose la oportunidad de escuchar a Camila y hablar con ella.

—Mierda, mierda, mierda. —Murmuró mientras trataba de caminar silenciosamente pero rápidamente hacia la cocina. —Lucy, Lauren está aquí. ¡Necesitas esconderte, rápido, ve a la despensa! —Dijo a toda prisa y la mujer que estaba sentada se paró en una fracción de segundo con los ojos muy abiertos. —Estaré en la sala, no salgas antes de que te llame. —Advirtió antes de irse de nuevo. El timbre sonó tres veces más seguidas, haciendo que la latina se apurara.

Se detuvo frente a la puerta, cerró los ojos y respiró hondo tres veces antes de desbloquear y girar el pomo de la puerta.

—Lauren? —fingió estar sorprendida.

—Hola Camila. Podemos hablar. —La pregunta sorprendió a la latina, que simplemente asintió y abrió la puerta más, dejando espacio para que entrara la mujer de ojos verdes.

—Puedes sentarte, sientete libre. —Señaló el sofá después de cerrar la puerta.

Lauren se sentó en una esquina de la tapicería y Camila en la otra, ambas manteniendo la distancia entre sí. Lo consideraron un cierto tipo de seguridad.

—Creo que ya sabes de qué se trata el tema. —Lauren dijo, volviendo sus ojos de Camila a la mesa de café.

—Si se trata de los papeles de divorcio, mira, no sé cómo llegaste a saber que los rompí pero puedo explicarte-

—¿HICISTE QUÉ? —Interrumpió a la latina y se levantó, haciendo que la mujer frente a ella abriera mucho los ojos. —Camila, no puedo creerlo. —Se llevó las manos al pelo y las echó hacia atrás violentamente, cerrando los ojos durante milisegundos. Cuando los abrió de nuevo, fue como escupiendole fuego. —Me tragué mi orgullo de venir aquí para darte la oportunidad de hablar y darme la oportunidad de escucharte, pero no te lo mereces, Camila. ¡Pareces una niña! —Murmuró irritada, levantando las manos en el aire.

—Joder, no voy a firmar esa mierda y deberías saber eso. —La latina también se levantó y se cruzó de brazos, confrontando a Lauren.

La mujer respiró hondo y levantó la vista, tratando de calmarse.

—Fue una mala idea venir aquí. —Dijo y en cuestión de segundos pasó junto a Camila, chocando con ella. Siguió caminando hacia la puerta y luego la abrió, saliendo enseguida.

Camila estuvo en trance durante unos segundos desde el momento en que sintió la piel del brazo de Lauren, incluso superficial y rápidamente, rozando el de ella. La latina pareció salir de su trance solo cuando escuchó que la puerta se cerraba de golpe. Rápidamente corrió y se dirigió al auto de Lauren, que estaba listo para arrancar.

Rápidamente se puso delante del auto y extendió sus manos sobre el capó, haciendo un gesto a Lauren para que esperara. La mujer solo bajó el vidrio y dijo:

The Experiment: It's Not Over Yet [2ª temporada]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora