~Había llegado el día.
May no tenía ganas de nada, simplemente quería quedarse en cama y dormir hasta el día siguiente para no tener que pensar en nada.
Para ella, iba ser un día muy largo pero sobretodo muy duro.~-May, levantate, que se nos está haciendo muy tarde..! - gritó mi padre desde el pasillo.
Me tapé entera con las sabanas, quería dejar muy claro que no quería moverme de allí.
~Se abrió la puerta.~
-Vamos May, sé que es duro y más para ti, pero tienes que dejar de culparte y venir con nosotros. -dijo Marc, mi hermano mayor.
-Sabéis que prefiero ir yo sola, no me gusta que me veáis mal y sobretodo odio veros mal a vosotros. - le dije, intentando convencerlo.
-Venga, hazlo por mi, hermanita. -dijo Marc, mirandome con carita de cachorrito.
-Vale, pero solo porque no aguanto que me sigas mirando así -le dije, haciéndome la víctima.
-Venga, vístete y vamonos - dijo dirigiéndose a la puerta.
Y así lo hice, me vestí rápidamente y cogí la cajita que tenía debajo de mi cama.
Mis padres y mi hermano ya me estaban esperando en el coche.
Papá arrancó y durante todo el camino nadie dijo ni una sola palabra y en verdad lo agradecía, prefería eso antes de que empezasen a recordar cuando ella aún estaba entre nosotros.
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No todo es dolor.
RomanceMay se había tenido que enfrentar al momento más duro de su vida, el perder a un ser querido. Un día, el destino quiso que conociera en el peor de los lugares a Jess Harper, un idiota y atractivo chico, que cambiaría completamente todo su mundo.