Por más vueltas que le daba al tema, no recordaba haber conocido a ningún Jess en toda mi vida.
-May, te pregunté algo, ¿éstas segura de que no conoces de nada más a ese chico? -me volvió a preguntar Susan.
No le contesté. Estaba tan inmersa en intentar recordar de que nos conocíamos Jess y yo, que ni la escuché.
-May! Contestame cuando te hablo! - me gritó al mismo tiempo que me zarandeaba como una loca.
-Perdona, estaba pensando en ello.
-¿Y bien? ¡Respóndeme! -me ordenó Susan.
-En realidad no lo sé, Susan. -añadí insegura. -Pero sí hay algo de lo que estoy totalmente segura..
-¿Pues a qué esperas para contarnoslo? -intervino Min Ho.
-Cuando nos conocimos en el cementerio, me mintió.
Mis amigos me miraron confundidos, por lo que decidí seguir contándoles lo sucedido.
-Esta mañana, en el cementerio, se dirigió a mí llamandome por mi nombre. Me pareció extraño porque en ningún momento se lo había dicho pero él aseguró haberselo escuchado a Marc..
-¿¡Te estaba espiando!? -preguntó asombrada Susan.
-Eso creí yo en aquel momento, pero ahora ya no sé que pensar.. -añadí preocupada.
-Bueno, olvidemos este tema por unas horas y.. ¡vamonos de compras! -dijo alegremente Susan.
Y así era mi mejor amiga. Pensaba que una tarde de compras curaba todos los males.
Susan tenía el pelo negro y sus ojos eran del color de las avellanas. No destacaba por ser muy alta, pero ella se defendía diciendo que las bajitas son las mejores. Había que reconocer que mi mejor amiga era preciosa, para que negarlo, pero su obsesión por las compras me daba miedo, mucho miedo.
Continuamos de tienda en tienda.. Susan era feliz comprando, Min Ho se había convertido en el nuevo perchero de Susan y yo fingía estar eligiendo ropa para probarme cuando, en realidad, intentaba recordar algo sobre Jess, sin éxito.
Avisé a mis amigos de que iría un momento al baño.
Cuando empecé a alejarme, Min Ho me llamó.
-¡May, espera!
Aprovechó un descuido de Susan para poder escabullirse.
Lo miré confundida.
-¿Tienes miedo de que me violen de camino al baño? -bromeé.
-El baño queda en la otra dirección. -añadió mi mejor amigo.
Ups, fallo mío. No había contado con ese detalle.
-Emm.. Sí, pero es que.. - decía antes de ser interrumpida por Min Ho.
-Pero nada May, no me mientas, reconoce que estas buscando al tal Jess ese. -dijo bruscamente.
Odiaba que mi mejor amigo me conociese tanto pero lo que más rabia me daba era tener que reconocer que él llevaba razón.
-Confiaba en poder encontrarlo para que me aclarase todo lo que me dijo. Tengo muchas preguntas y es él quien tiene las respuestas. -le dije apenada.
-¿Crees qué pueda estar relacionado con tu horrible infancia? -preguntó preocupado.
La verdad es que no se equivocaba al decir que mi infancia había sido horrible.
Había pasado por todo tipo de situaciones traumáticas:
Cuando tenía 6 años ví como mi vecino asesinaba a su mujer tras una fuerte disputa.
Con 7 años, fuí secuestrada mientras jugaba en un parque próximo a mi casa (por suerte conseguí huir dos semanas después, gracias a la ayuda de otro niño que estaba en mi misma situación y que lamentablemente no consiguió huir conmigo.)
Con 12 años, sufrí una grave enfermedad, pero mi cuerpo respondió bien al tratamiento y poco tiempo después me recuperé.
Y por último, hace 6 meses, la muerte de mi hermana pequeña.
-No lo sé.. Olvidé los nombres de los niños con los que jugaba cuando ingresé en el hospital, y tampoco recuerdo el nombre del niño que me ayudó a huir cuando ambos estábamos retenidos por aquellos secuestradores. -añadí desilusionada. -De todos modos, dudo que sea alguno de ellos.
Min Ho iba hablar cuando divisé a Jess a unos pocos metros, sentado en la terraza de una cafetería tomando algo con sus amigos y tres chicas más.
Desde el primer momento tenía en mente hablar con él en cuanto lo volviese a ver, pero, al verlo con tanta gente dudé en si era el mejor momento para hablar.
-Ahora o nunca. Vete antes de que se marche. -añadió Min Ho.
Observé como se levantaban de la mesa y comenzaban a caminar hacia la salida del centro comercial.
-Vé junto Susan que estará preguntandose donde éstas. Hablo con Jess y ya vuelvo con vosotros, ¿vale? -añadí apresurada.
Min Ho asintió y yo corrí hacia donde había visto a Jess por última vez. Me costaba esquivar a toda esa gente con sus numerosas bolsas, las cuales me ralentizaban.
Cuando llegué, ya se habían ido.
Miré desesperadamente en toda las direcciones, pero no lo ví. Irónicamente había tardado demasiado.
-¡Maldita sea! Vaya mierda.. -refunfuñé.
-¿A quién buscas, enana? -dijo alguien a mi espalda.
¡Esa voz! Esa voz solo podía ser de una persona...
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No todo es dolor.
RomanceMay se había tenido que enfrentar al momento más duro de su vida, el perder a un ser querido. Un día, el destino quiso que conociera en el peor de los lugares a Jess Harper, un idiota y atractivo chico, que cambiaría completamente todo su mundo.