Cuando me desperté esa noche la ventana estaba abierta y la gata negra se había ido, estaba seguro de haber cerrado la ventana de mi habitación «Un gato no podría abrirla...», al salir esa mañana al parque pregunté por los alrededores si la habían visto, pero nadie sabía de una gata negra.
-Es extraño - Me dijo una señora.
-¿Que esté buscando una gatita? - Pregunté.
-No, que un gato esté por aquí - Respondió- hay muchos perros.
Llevaba tiempo viviendo por aquí y no lo había pensado, «Ciertamente hay muchos perros por aquí»
-Debió haber huido por los perros - Dijo la señora.
-Sí... quizás... - Respondí pensativo.
Ese día volví a ver a la misma chica en mis sueños, pero esta vez ella me daba la espalda y se alejaba, intenté alcanzarla y desperté mirando el techo de mi habitación, voltee a ver la hora, eran las 3 a.m. igual que el día anterior, mire la ventana pero esta vez estaba cerrada, por un momento me quedé contemplando la oscuridad antes de poder volver a dormir.
Pasaron un par de días, a veces solo salía por la noche a ver si no me encontraba a aquella gatita negra en el callejón «Es una gata callejera después de todo...». Mientras caminaba en dirección al parque de siempre vi a dos señoras que iban saliendo con un perro pequeño y peludo color blanco entre los brazos.
-Pobre de mi pelusa -Dijo una mujer.
-Que mala suerte encontrar un gato negro... -Le respondió la otra.
-Mejor nos vamos pronto -Dijo con despreció- Esas horrorosas bestias son sirvientes de las brujas...
No pude evitar reír ante aquel ridículo comentario, intenté reír en voz baja, pero aún así las señoras me miraron con despreció antes de seguir su camino «Seguro me escucharon...» Para asegurarme de si hablaban de la gatita negra que encontré, di una vuelta por todo el parque buscándola, pero no encontré nada, ya era más tarde de lo habitual, no parecía haber nadie más en el parque, así que decidí irme.
Entonces escuché el crujir de las hierbas a mis espaldas, a penas voltee un horrible dolor en la cabeza me tiró al suelo, mi vista se puso borrosa, muy a penas pude distinguir a dos tipos parados frente a mí, el más cercano con un tubo entre las manos, me lleve la mano a la cabeza, estaba sangrando y el dolor era horrible.
-¡Hey! -Habló el del tubo- ¡Héroe! ¡Nos volvemos a ver!
-¿Te conozco? -Pregunté con sarcasmo.
El tipo molesto directamente me dió otro golpe en la cabeza, no menos fuerte que el primero.
-No te creas mucho -Dijo- No hay forma de salvarte hoy, no queda nadie.
Se acercó y me jalo del cabello, estaba sangrando más de la cabeza y si antes no podía verlo bien, ahora menos, incluso me sentía mareado «Los golpes en la cabeza son malos...», me reí y el tipo se enojó, alzó el tubo sobre su cabeza listo para darme otro golpe cuando escuché un maullido «¿Ya me volví loco?» el tipo se quedó quieto «¿También lo escuchó?» crujieron las hierbas y la gatita negra salió de entre ellas caminando tranquilamente hasta llegar a donde yo estaba, solo veía una bola negra cerca de mí.
-¿Que le pasa a ese gato? -Pregunto el callado.
-¿Y yo que voy a saber? -Respondió el del tubo.
De un momento a otro escuché que el gato siseo y me dió la impresión de que se le erizaron los pelos del lomo, escuché un par de gritos pero no pude ver nada, todo se puso negro de un momento a otro.
La luz del sol me pegaba justo sobre los ojos, me revolvi en la cama antes de abrir los ojos y darme cuenta de que no era mi cuarto «¿Dónde estoy?» mire alrededor, las paredes eran blancas al igual que el piso y apestaba a alcohol y medicina «¿Un hospital?», en ese momento entro una enfermera al cuarto.
-Que bueno que despiertes -Dijo amablemente- ¿Cómo te sientes?
-Mareado... -Respondí levantándome.
-Con cuidado -Dijo la enfermera ayudándome- Quédate sentado, llamaré al doctor.
Luego de unos minutos entro acompañada por un hombre mayor con bata blanca que llevaba un estetoscopio en el cuello.
-Soy el doctor Garza -Dijo acercándose- ¿Recuerda su nombre? -Pregunto viéndome.
-Sí -Respondí- Me llamó Dante Cruz Aguilar ¿Cómo llegué aquí?
-Lo trajeron en una ambulancia -Respondió el doctor mientras me revisaba- Junto con dos adolescentes, ¿Recuerda lo que pasó?
-Recuerdo... -Hice una pausa- Me golpearon en la cabeza, ¿Dos veces?, con un tubo creó... ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?
-A penas ayer te ingresaron, tuvimos que darte unas puntadas -Continuo el doctor- Seis puntadas en total.
-A los chicos les fue peor -Dijo la enfermera.
-¿A qué se refiere? -Pregunté.
-Sus heridas eran más graves -Admitió el doctor- ¿Sabe que les pasó?
La enfermera estaba claramente preocupada, el doctor me veía fijamente esperando que respondiera.
-No lo sé... -Admití- Uno de ellos fue el que me golpeó en la cabeza...
Entonces entró en la habitación un oficial de policía, se acercó al doctor y me miró de lejos.
-¿Los chicos aún no despiertan? -Preguntó mirando al doctor.
-No, aún no... -Respondió.
-Necesito hablar con él -Dijo mirándome- ¿Nos dan un momento?
El doctor y la enfermera asintieron y salieron de la habitación en silencio, el oficial no me quitaba los ojos de encima «No me agrada este tipo», acercó una silla y tranquilamente se sentó junto a mi cama.
-¿Puede contarme lo que pasó anoche? -Preguntó tranquilo.
-Claro... -Dije con ganas de no tener problemas- Pero no recuerdo mucho...
-Dígame lo que sabe, igualmente estará aquí por un tiempo -Dijo autoritario.
Entonces le conté que estaba en el parque buscando a mi gatita que se había escapado cuando me golpearon por la espalda, le conté el resto de la historia, lo poco que recordaba antes de desmayarme, el oficial solo me escucho en silencio, asintió y se levantó de la silla.
-Gracias por su cooperación -Dijo antes de irse.
Luego me quedé solo en la cama del hospital, confundió «¿Que habrá pasado anoche?»
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La gata negra
Mystery / ThrillerTodo comenzó aquella noche en la que recogí una gata negra...