Aquel incidente

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La enfermera me miró confundida ante mi pregunta, se acerco con rostro dudoso, miro la puerta cerrada y luego asintió.

—¿Cómo están los chicos? —Pregunté

La enfermera pareció aliviada y una sutil sonrisa se dibujo en su rostro al tiempo que me respondía.

—Están bien, ya recuperaron la conciencia y sus familiares los acompañan.

—Es un alivió —Dije— ¿Que es lo que les paso? el doctor Garza menciono que estaban heridos —dude si seguir hablando— parecía algo serio

—Lo siento —dijo preocupada— no puedo hablar de la condición de otros pacientes.

La enfermera bajo la cabeza y se dio la vuelta, yo apretaba los puños «¿Como podría averiguar que paso así?» suspire en voz baja y me relaje, la enfermera seguía en la habitación revisando las lecturas de unas máquinas.

—Gracias por contestarme —Dije intentando sonar tranquilo.

La enfermera me dedico una sonrisa y salio de la habitación luego de decirme que mas tarde vendría para ver como sigo. Volví a ver mi celular, lo alcance y abrí el registro de llamadas «¿Sabrá algo de lo que paso anoche?¿Me diría la verdad? Tengo la sensación de que sabe algo más» considerando mil cosas en mi mente presione el botón de llamar y acerque el celular a mi oído, me sorprendió que fuera de la ventana escuche, al mismo tiempo el sonido de un timbre «¿y eso?», pero no volví a escucharlo, pues está vez a penas timbró una vez ella respondió.

—¿Hola? —Hable.

Como en la primera llamada ella no respondió de inmediato, lo único que escuche por unos momentos fueron golpecitos extraños y el aire pegando contra la bocina «¿Donde esta?» entonces se escucharon voces a lo lejos.

—Que mal momento para llamarme elegiste—Contesto repentinamente.

—¿Estabas ocupada? —Pregunte sin muchas ganas.

—Algo así —Respondió

—Dime que paso esa noche —Exigí sin vacilar— dijiste que me viste, pero sabes algo más.

Su risa resonó en mis oídos, luego el silencio y el aire, parecía estar en algún lugar descubierto en donde daba mucho aire, «¿Por que se cayo de repente?» volvieron a oírse voces a lo lejos.

—Iré a verte, quizás eso te de una pista —Dijo con un tono altanero— aunque no sabrás quien soy.

Entonces colgó, suspire y deje el teléfono de lado «No me dijo nada, no debí haber hablado con ella» cuando volví a acostarme escuche unos golpecitos en la ventana de mi habitación, voltee y vi las cortinas cerradas «¿seria una rama? no recuerdo que hubiera un árbol afuera y estoy en un piso bajo ¿no?» me levante de la cama con ayuda de la vara en que cuelgan los sueros y me acerque a la ventana. Cuando abrí la cortina me sorprendí al ver que estaba por lo menos en el cuarto piso, «¿Como pudo ella subir hasta aquí?¿Entro por está ventana?», entonces llamo mi atención un ave «¿un cuervo?» que estaba parado sobre uno de los climas del hospital mirando a mi ventana, sosteniendo algo en su pico.

De repente voló de donde estaba y se paro fuera de mi ventana, entonces con su pico, repitió los golpecitos que había escuchado hace un momento en mi ventana y antes de hablar con ella, «¿El mismo sonido?¿Por que lleva un papel?» confundido abrí la ventana y el ave entro en la habitación, posándose tranquilamente sobre la barandilla al pie de mi cama, mientras dejaba caer el papel que llevaba en el pico sobre las sabanas.

—Hola 

No podía creer lo que acababa de escuchar «¿Hablo?¿las aves no graznan? Casi sonaba como una persona, como ella» me quede de pie, petrificado junto a la ventana «¿Estoy soñando?» mire por la ventana hacia el piso buscando cualquier cosa extraña que me dijera si era un sueño, «¿Me quedé dormido sin darme cuenta?» en ese momento paso una enfermera llevando a un anciano en silla de ruedas por una banqueta, había hombres andando preocupados de un lado a otro y enfermeras yendo y viniendo entre habitaciones, exhale intentando relajar mis hombros antes de decidirme a ver el interior de mi habitación.

El ave seguía ahí, en la barandilla de mi cama, alzando la cabeza mientras me miraba «Se siente como la mirada de la gatita» parecía que se estaba riendo de mi, me acerque despacio y tome el papel que había tirado sobre las sabanas. A penas lo leí lo arrugue con fuerza y lo tire a la basura, el ave empezó a reírse.

—¡Cállate! —Ordene furioso.

—Aburrido —Resopló el ave.

Suspiré irritado, en el papel ponía "Buu" y el ave se rió en cuanto lo tiré «No debería ser posible», me senté en la cama mirando al suelo.

—¿Crees que estás soñando? —Pregunto el ave.

Exhale y mire al ave que había volado desde la barandilla de la cama y ahora estaba en el piso frente a mí.

—¿Eres tú no es así? —Pregunté rendido.

Entonces inclinó la cabeza viéndome, sin decir nada abrió sus alas y vi como si sus plumas se convirtieran en pelaje negro, de repente la puerta se abrió de golpe, el ave grazno y salió volando por la ventana, antes de entender lo que pasaba estaba acostado en la cama.

—¡Dante! —Grito mi madre— ¿por que no nos llamaste?¿que te pasó?

Mi madre se acerco casi corriendo a mi cama, haciendo un montón de preguntas sin dejarme la oportunidad de responder alguna, me abrazo y solo entonces vi a mi padre entrando en la habitación, parecía serio «¿Estará enojado por que no les avise?¿como supieron?» pero no me estaba viendo, veía la ventana abierta del cuarto, cuando se volvió a verme tenía otra vez ese rostro amable de siempre, se acerco y sujeto los hombros de mi madre.

—Cariño —la llamo suavemente— deja que te conteste.

Mi madre asintió y se aparto de mi, abrazo a mi padre y ambos me miraron de pie junto a la cama, mi padre miro a mi madre y sin decir nada ella se fue a cerrar la ventana «¿Que les pasa? actúan extraño ¿será que estoy exagerando?», mi padre me miro.

—¿Que paso hijo? —pregunto calmado— ¿por que no nos llamaste?

Yo me quede en silencio «Suena extrañamente intimidante ¿como supieron que estaba aquí?» no sabia que decir.

La gata negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora