||Sailor Moon Sacrifice|| 《El Ritual》

[ Kurai ]

Hoy era un nuevo día de clases, aunque sería algo ajetreado para nuestras amigas las sailors scout, pues aquel día los chicos de Three Light se volverían a integrar en la escuela donde tiempo atras ya habían estado conviviendo con las chicas. Aquella información se había infiltrado y de seguro muchas admiradoras estarán impacientes por la llegada de estos.

Mientras tanto, por parte de Kurai también sería todo un alboroto, sería su primer día en la escuela, donde pondría a prueba todos sus nuevos conocimientos sobre el mundo humano y el comportamiento de estos. Era todo un manojo de nervios, ya que tendrá un acercamiento más cercano a su hermana, no estaba segura de como poder comportarse o siquiera acercarse a ella y a pesar de todo lo que le había enseñado Cindy, tenía miedo de confundir las cosas y pasar toda una vergüenza.

---Kurai, sal de una vez -La voz de Cindy habló desde el otro lado de la puerta de su habitación.

---Es que... me da cosa... -Respondió la pelinegra.

Esta se encontraba en su tocador mirándose por el espejo, viendo como lucía con aquel uniforme escolar. Era algo a lo que aún no se acostumbrada ni sentía cómoda, realmente en aquel mundo mostraban mucho  las piernas.

---Vamos, de seguro de ves bien -le animaba-

---Será mejor que salgas, no puedes perder tiempo y llegar tarde a tu primer día de clases -Le reprendió Kuro flotando hasta ella.

---No te ves nada mal, Kurai -y la dulce de Kira le daba ánimos.

---Bien... 

Aún con inseguridad, agarró su maletín de estudio y dando un suspiro, abrió la puerta, encontrándose con una ansiosa Cindy que la inspeccionaba de pies a cabeza.

---¡Te queda muy bien! -Halago con una sonrisa- Vamos a que nuestros padres te vean.

La jaló del brazo por las escaleras, junto  a los dos pequeños guardianes siguiéndolas desde atrás, levitando. Llegaron al comedor, donde de costumbre, siempre estaba a primera hora la pareja allí.

---¡Mamá, papá, miren a Kurai! -Llamó la atención de ambos adultos.

Kurai no pudo evitar ruborizarse ligeramente ante las miradas en ella.

---Te queda muy bien, Kurai, es perfecto para ti -La mujer le sonrió.

---Así es, no tienes nada de que avergonzarte, ya te acostumbraras cuando veas que todas lucen igual en la escuela -Le aclaró ahora el señor- así ya no será tan incomodo. 

---Gracias -Dijo con la mirada baja.

---Bien, mejor desayunen pronto, deben irse más temprano, ya que Cindy te acompañara a que llegues a tu escuelo, luego ella se irá a la suya -la madre comenzó a servirle el desayuno a ambas, quienes inmediatamente se sentaron-.

---Lamento causarte tantos problemas Cindy, por mi culpa corres el riesgo de llegar tarde a tus clases.

La niña negó sonriendole para tranquilizarla.

---No es nada, eres un caso especial, pero apenas aprendas con seguridad el camino debes irte sola, ¿entendido? -Le miró con una mirada acusadora.

---Ah.. por supuesto -dijo la pelinegra con una gotita cayendo por su cabeza. De verdad aquella pequeña niña a veces podía tener un carácter fuerte.

Las chicas comenzarón a comer su desayuno, mientras, los guardianes sacaron plática.

---Por este primer día, te acompañaremos a la escuela para supervisarte -Habló Kuro.

---Eso me pondrá más nerviosa -El semblante de Kurai era preocupado.

---No la agobien tanto -Defendió su ahora madre- Todo es muy nuevo para ella, está en una situación complicada y es su primer día tratando de integrarse en nuestro mundo. Kurai -se dirigió hacía ella- Debes saber que no todo en la escuela son formalidades y deberes, también es para poder divertirte, conocer gente y distraerte, así que no te preocupes si cometes errores, poco a poco irás aprendiendo.