XI

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Las manos me temblaban, y mi mente era un vaivén sobre las ideas posibles en que el asesino podía volver atacar, la fiscalía hacía su trabajo, sin embargo, aún con la investigación, no tenían demasiadas pistas, no como nosotros, incluso el pensar ...

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Las manos me temblaban, y mi mente era un vaivén sobre las ideas posibles en que el asesino podía volver atacar, la fiscalía hacía su trabajo, sin embargo, aún con la investigación, no tenían demasiadas pistas, no como nosotros, incluso el pensar en estar implicada en esto, mi corazón se estrujaba, y el vago recuerdo de la muerte de Asher dañaba mis sentidos.

No teníamos mucha información, ni la idea de por qué cometía sus crímenes, inclusive si nos esforzábamos, nada coincidía. Habían pasado aproximadamente unos minutos desde que recibimos el sobre y los chicos habían pasado buscando el significado de las coordenadas.

—¡Lo tengo! —Adam pegó un brinco de felicidad—es en el ala A, avenida principal, número 23.

—Tenemos que irnos ya—Evander se levantó de golpe, estaba decidido sin duda alguna a enfrentar a quién le había arrancado la vida.

Pensar en salir en la noche a buscar al asesino no era de mis cosas favoritas, aunque al menos teníamos a Adam quien llevaba un arma con él. Papá no nos dejaría salir de casa, así que la única opción era bajar por el árbol.

—No podemos ir por la puerta principal—informé, Alexa y yo en nuestra infancia bajábamos por el árbol cuando me castigaban—, tenemos que salir por la ventana.

Todos parecían confundidos, pero nadie se atrevió a preguntar algo, salimos en silencio por la ventana, la rama del árbol nos recibía sin ningún problema.

—¿Estás segura qué esto aguantará el peso? —el moreno no parecía muy convencido, Alexa ya se encontraba abajo en nuestra espera.

—No lo sé, solo baja—Evander se aventó con los ojos cerrados, aventurándose al vacío.

De esa forma todos bajamos, nos temblaban las piernas y la ansiedad de encontrar al asesino había crecido en nuestro interior, la dosis de adrenalina corriendo en nuestro sistema nos hacía sentir vagamente valientes.

—Creo que deberíamos ir caminando, si vamos en automóvil será muy obvio—Alexa habló esta vez.

—Lo he pensado mucho, el asesino lleva a todas sus víctimas al bosque, lo que quiere decir que este lugar tiene un significado para él—Evander tenía una idea muy precisa sobre lo que decía, pero pensar en el bosque me llenaba de escalofríos.

—Vamos a buscar la dirección, estoy seguro que esto es una pista más de otro homicidio—Adam caminaba más rápido que todos los demás, ya habíamos llegado a la avenida principal, solo faltaba encontrar el número 23—después iremos al bosque.

Una casa blanca con cortinas rojas nos recibió, la puerta y ventanas se encontraban cerradas, no había indicios de que un crimen sucediera, aun en la penumbra de la oscuridad el hogar me parecía familiar.

—Aquí vive el mejor amigo de tu hermano, Isla—las palabras de Adam me golpearon, Emanuel vivía en esa casa, se había cambiado después de la muerte de Asher, recordaba a mi hermano jugando con él, la sonrisa inocente en sus rostros y la vaga felicidad que aún quedaba en mí.

EL ASESINATO DE EVANDER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora