XIV

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Evander ya había llegado al departamento de Adam, Alexa estaba con él lo que me hacía sentir tranquila, mi mente pensaba en la amenaza del asesino, cuando Adam salió de la casa me apresure a salir del auto

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Evander ya había llegado al departamento de Adam, Alexa estaba con él lo que me hacía sentir tranquila, mi mente pensaba en la amenaza del asesino, cuando Adam salió de la casa me apresure a salir del auto.

—Regresa, tenemos que llevarlos a un lugar seguro—con Adam las cosas eran simples, bastaba una simple oración para que entendiera todo y ejecutará acciones con firmeza y sabiduría, giró de nuevo a la puerta; antes de poder tocar Olivia abrió observándonos fijamente.

Sentí una paz impresionante, cuando visualicé a Tayler roncando en el sofá solté todo el aire acumulado.

—¿Están tus padres? —cuestioné, aun si la rubia no me caía bien, no podía llevar a cuestas su sangre.

—Están de viaje—comentó con hastío—regresan mañana.

Encendí la pantalla del celular mostrándole el mensaje, sabía que iba a entender a la perfección, abrió los ojos tanto como pudo y giró en dirección a Tayler.

Había entendido con claridad, ya sabían de la existencia de este, en sus ojos se reflejó una mezcla de confusión y miedo.

—Puedo llevarlos a la fiscalía, hay estarán a salvo—exclamó el agente, creí que aceptarían sin chistar, pero, un no rotundo fue lo que recibimos, por supuesto que tenían miedo, pero no iban a sacrificar sus vidas por la verdad.

—Pueden ir a mi casa por hoy, mañana deciden si hablar es lo correcto—comenté con recelo, tan rápido como callé, aceptó de inmediato, no llevó absolutamente nada.

Adam tomó con facilidad el cuerpo ebrio del moreno y lo llevó sobre la espalda.

Pensé en el asesino durante todo el camino a casa, sus planes por realizar, quería saber más de él, papá no se molestaría en que llevara personas a casa, amaba completamente la atención, inclusive si había alguien ebrio el estaría feliz, así era él y esa personalidad regocijante y empática me llevaba a refugiarme todos los días de mi vida, desde la muerte de Ash hasta ahora.

Sabía que Evander y Alexa estaban en casa porque papá tenía la puerta abierta, sentí una pisca de molestia al pensar que regresaron del apartamento sin avisarme, pero para ser sincera que la rubia estuviera cerca de Evander no me molaba ni un poco.

Entré primero a casa con la rubia pisándome los talones y un Adam azorado porque el peso de Tayler lo hacía detenerse, papá estaba en la cocina, salía un olor exquisito invadiendo nuestras fosas nasales; cosquilleando mi paladar. Evander llevaba puesto un mandil rosado, mi mandil, tenía una sonrisa inocente en el rostro, mientras que la morena jugaba con uno de los mechones rosas que salían de su cabellera trenzada, se turnaba en comer bocadillos y jugar con su cabello.

—Huele como que alguien se está pudriendo—bromeé, una sonrisa socarrona se escuchó por parte de mi padre, mientras que Alex asintió con determinación, el castaño alzó la mirada y sus ojos grisáceos se detuvieron en Olivia parpadeó un par de veces—. Papá, invite a dos amigos a cenar, espero no te moleste.

EL ASESINATO DE EVANDER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora