XXVII

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Hyo Min fingió bostezar y después me guiñó un ojo

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Hyo Min fingió bostezar y después me guiñó un ojo.

Evander intentó caminar hacia mí, pero el asiático lo amenazó con volarme la cabeza, el nudo en mi garganta estaba a punto de estallar.

—¿Promete que escucharas todo? —la voz de Evander tenía un toque de preocupación y exasperación, asentí ligeramente. Escucharía hasta el final.

—Evander esto no es un cuento de princesas, date prisa que aún no ceno—sabía que las bromas en Hyo Min aparecían cuando se sentía vulnerable, expuesto.

—Yo...—desvió la mirada—, escucha, yo no soy como crees, antes de ti, antes del asesino—suspiré aliviada, por algún segundo mi mente recurrió la idea de que él fuera el asesino—, tenía problemas, maté a una persona.

—Está bien, no importa, no pasa nada—me adelanté, eso era antes de todo, la risa de Hyo Min me hizo girar a él; quién reía y negaba con la cabeza.

—No creo que opines lo mismo cuando termine la historia, muñeca.

—Después que regresé, solo quería terminar con el asesino, pero, si lo hacía tú solo dejarías que continuara mi camino—incluso con su tono desesperado, en su rostro no había arrepentimiento—, así que...

—Ay, no, eres muy lento Ev—murmuró el moreno—así que se le ocurrió mandar notas a tu casa cuando el asesino fue por su siguiente víctima, jugó con sus estúpidas notas, jugó contigo—busqué la mirada de Evander intentando calmar la conmoción y la horrible sensación en mi interior, sin embargo, no la encontré, no me dio la cara—, incluso yo le creí, las primeras notas donde solo amenaza son hechas por él, de ahí el asesino se inspiró.

—¿Por...qué? —el nudo que amenazaba con estallar por fin lo hizo, rompí en llanto, porque eso quería decir que nada de lo que viví fue real. Que su «amor» era falso.

—Porque es un monstruo—respondió Hyo Min, esa respuesta salió cargada de rabia y decepción.

—Porque me enamoré de ti, por que eras lo único bueno y real que tenía en mi vida—lo miré de hito en hitó, nadie dijo nada, incluso el aire que corría por el lugar cesó—porque te necesitaba.

—Dicho de esa forma, es romántico, pero, eras lo único bueno que él necesitaba corromper, en su forma tétrica y retorcida eres a lo que se aferra—Evander no lo negó y recordé sus palabras: Te volveré un desastre hermoso—. Porque es lo que hacen los monstruos, manipulan y juegan hasta que es demasiado tarde.

—¿Me necesitabas? —había un ardor que quemaba mi interior—dije que te ayudaría hasta el final, Evander.

—No quería...—el asiático soltó un tiro al aire.

—Él no es el asesino—expliqué con rapidez—incluso si hizo todo eso, él no mato a la señora Charlotte, ni a Emmanuel, mucho menos a Tyler, ni a cada persona que carga en sus manos.

EL ASESINATO DE EVANDER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora