Prólogo.

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Jamás pensé que me dejaría entrar tan rápido a su vida y explorar cada rincón de ella.

Aunque ahora estoy seguro de que, si el alcohol y la vulnerabilidad no estaban de por medio, me habría llevado mucho tiempo hacerlo.

Cuando recién empezó todo, pensaba que ese hecho determinaría la forma en que le daríamos fin a esta bonita casualidad, pero ahora sé que no fue lo más importante.

Porque la tuve. 

Y ella entró en mí hasta tenerme.

No tardó mucho en descubrir una parte de mí que hasta ese momento me daba miedo mostrar. La calidez de sus manos y esa risa que te llena de paz tan solo escucharla, logró tener mi corazón en cuestión de meses.

Por más que creí conocer todo lo que implicaba enamorarse de una persona y llevar una relación, a su lado aprendí algo muy significativo: puedes amar incondicionalmente a pesar de estar roto por dentro.

Karol construyó una especie de coraza enorme a su alrededor, olvidó su esencia y se perdió a ella misma. Durante varios meses nadie se dio cuenta, incluyéndome, de los conflictos internos con los que luchaba día tras día para conseguir un poco de estabilidad mental. 

Pero eso no le impedía sonreír, traer alegría a la vida de los demás y dar siempre lo mejor de sí.  

Me costó comprender que conmigo ocultó pocas cosas, de algún modo conocí su interior y la ayudé a sanar. 

No abarqué otra decepción en su vida como la primera persona que ella creyó amar y tengo el privilegio de decir que, sin darme cuenta, aporté en la búsqueda que emprendió para conocerse hasta el último día que estuvimos juntos.

Había escuchado de muchas personas que las mariposas son un símbolo de transformación y pureza, una demostración de que el alma puede liberarse de la oscuridad y volar hacia la luz. Trascienden en un cambio importante comenzando su vida como orugas, luego hacen un capullo, para que finalmente emerjan a un bello y colorido insecto.

Para mí y para muchos, ella es el verdadero concepto de una mariposa.

Pero no cualquiera, una de cristal. 

Algo tan delicado y fácil de dañar que solo existe una difícil forma de cuidarla: no tocarla si no eres lo suficientemente fuerte para soportar su peso.

Llegará cuando menos te lo esperas, pero más lo necesitas. 

Se llevará una parte de ti, sentirás que fuiste suyo hasta el minuto en que la veas irse y no sepas si va regresar. 

Lo único que te importará será su felicidad, no la olvidarás y hasta puedo decir que en algún momento de tu vida lamentarás el porqué no sigue contigo.

Pero es así, las mariposas deben volar.

Aunque me hubiera gustado ser el último que admire su cristal y el mundo tan hermoso donde vive hoy. 



Bienvenidoos!

Como pueden ver, edité unas cuantas cosas (por no decir todo) del prólogo porque el rumbo que va tomar la historia será diferente, pero no se preocupen, seguiré yendo acorde a los hechos que sucedieron con ellos en realidad, de eso no cambia nada.

También reitero que quitaré las fechas que iniciaban cada capítulo ya que no recuerdo el seguimiento, peeero quiero que quede claro que la historia abarca tal y como pasó todo: mediados de 2019 (junio) e inicios de 2020 (enero).

Estaré editando los capítulos durante el transcurso para corregir, quitar y añadir algunas partes y se sientan más cómodos con la redacción.

Bueno, eso era todo, si alguien todavía sigue leyendo esta historia y quiere a los protagonistas, espero que les guste tanto como a mí <3.

Mariposa de Cristal (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora