2. Una Rosa Cayendo

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Los pétalos de las rosas caían suavemente por su rostro, el viento arrullaba el agua que el cuerpo de Freyja rodeaba, al lado de la diosa se encontraba su gemelo, Freyr, observando a su hermana con suma preocupación

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Los pétalos de las rosas caían suavemente por su rostro, el viento arrullaba el agua que el cuerpo de Freyja rodeaba, al lado de la diosa se encontraba su gemelo, Freyr, observando a su hermana con suma preocupación.

— Freyja...— susurró Freyr con delicadeza, los ojos de Freyja se abrieron y al instante se levantó.

Dejando charcos de agua perfumada Freyja se dirigió hacía sus aposentos, la diosa se detuvo frente a uno de los muchos espejos que había en su palacio, una mueca de disgustó se apoderó del rostro de la bella Freyja, la diosa suspiró y rápidamente accedió a su forma inmortal, odiaba pasar tanto tiempo con cierto aspecto femenino. Freyr siguió a Freyja por los pasillos antes de entrar en los aposentos de la diosa, el joven permanecía con la mirada baja mientras las criadas vestían a su hermana.

— Dime lo que tengas que decir y vete — recalcó molesta.

Freyr suspiró, sabía Freyja sufría, había perdido a más de mil Valquirias, de una forma déspota y cruel, simplemente no había justificación para tal masacre, lo peor de todo es que ella lo sintiera de esa horrible forma: porque Freyja sabía que era su culpa.

Sí tan solo hubiese escuchado, si se hubiese preocupado por su propio bien nada de eso habría pasado, pero fue su egoísmo, su ineptitud lo que provocó tal aberración; ella sabía que estaba en riesgo pero no hizo nada, es más, había salido de paseó cuando un gigante sanguinario amenazaba con acabar con ella y no solo con ella, si no con todos los dioses.

— La próxima vez... sé más prudente — dijo Freyr con delicadeza y dulzura.

Podía ver a través de ella, sabía que estaba rota, había presenciado un acto simplemente cruel y aberrante, pesé hacer la diosa de la guerra no podía si quiera pensar en un corazón tan cruel como para matar a millares de personas únicamente por placer o diversión. Freyr sabía que ella sufría, se culpaba de todo, ¿Pero cómo iba a saberlo? Algo debía tener Ollmhór como para saber dónde y cuándo Freyja estaba en cierto lugar, más aún, saber quién era Freyja cuando estaba disfrazada de alguna bella mortal, ¡Ni siquiera él que era su hermano podía ver a través del encantó! Pero Ollmhór si pudo, algo más que simple magia mørk debía tener bajo su poder aquel déspota gigante cambia formas.

— Freyja, Freyr. — llamó Sif apareciendo tras la puerta — Loki desea hablar con ustedes, parece saber cómo es que Ollmhór pudo ubicar de tal manera a Freyja.

El corazón de ambos dioses tembló y casi corrieron hacia el salón del trono, donde cada dios asgardiano permanecía sentado en su respectivo trono. Thor, Frigg, Odín, Loki, Balder, Tyr, Váli, Forseti y Var la miraban espectante, Freyja no perdió el tiempo y se dirigió directamente hacía Loki esperando alguna respuesta.

— Habla — ordenó ella.

— Sólo es una hipótesis, pero Balder creé que posiblemente Ollmhór te rastreo por tú magia.

La Llegada De FreyjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora