13. Por amor.

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Los ecos de la batalla resonaban por todo Asgard, miles de valkirias y asgardianos habían perdido su vida por culpa de los gigantes de hielo, comandados por un gigante cambia formas cuyo poder hasta ahora era desconocido, nadie sabía a ciencia cie...

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Los ecos de la batalla resonaban por todo Asgard, miles de valkirias y asgardianos habían perdido su vida por culpa de los gigantes de hielo, comandados por un gigante cambia formas cuyo poder hasta ahora era desconocido, nadie sabía a ciencia cierta de dónde había salido Ollmhór, lo único que sí sabía era que estaba amenazando a los nueve mundos y era una amenaza de temer.

Freyja no se percató de que aquél frívolo y poderoso gigante de hielo se acercaba a toda velocidad a su dirección tampoco se dio cuenta que con cada paso que daba su estatura aumentaba haciéndose cada vez más grande para cuándo la diosa se dio cuenta ya era demasiado tarde el gigante y el lo tomó el carruaje de Freyja por la parte trasera tirando del mismo haciendo a sus tripulantes caer Amär fue la primera en caer: la joven vikinga cayó por los aires o viendo sus brazos frenéticamente en busca de algo a que aferrarse más en el momento en el que se dio cuenta que caía directamente a una zona de rocas filosas freya se sostuvo como pudo pero al ver si algo le sucedía jamás se lo perdonaría.

Así fue como la diosa salto tomando su cuchillo y asegurándose de herir lo suficiente a Ollmhór como para que soltara el carruaje dejándolo alejarse un poco mientras ella caía directamente hacia Amär, la diosa estiró su mano logrando tomar la de Amär, tirando de su cuerpo hacía ella y cubriéndola con su cuerpo, asegurándose de para que el impacto fuera menogirarses para ella, pero justo cuando las filosas puntas de las rocas estaban a centímetros del cuerpo de Freyja el carruaje las atrapó en sus entrañas, salvandolas de una dolorosa caída.
Freyja se levantó con su carruaje alejándose lo más que podía de Ollmhór que iba detrás de ellas, la diosa observó a la mortal que temblaba en el suelo del carruaje a su lado, lágrimas salían de sus ojos mientras temblaba tan furiosamente que parecía estar a punto de romperse, en los ojos de Amär escaseaba el brillo feroz que emanaba usualmente de ella, en cambio, se veía un vacío oscuro, una tristeza horripilante, el sombrío sentimiento de la guerra.

Lo peor era que a un costado de las costillas de la chica, en aquella parte donde la armadura era más flácida y por consecuencia vulnerable, había empezado a surgir una mancha oscura carmesí, que poco a poco se extendía, anunciando que la joven mortal estaba desangrándose. Freyja sintió la impotencia y la irá: los cuerpos de las valquirias muertas, los asgardianos masacrados y los dioses que por primera vez desde el ragnarok se veían amenazados, y no sólo eso, había sido lo suficiente insensata como para llevar a la única persona que amaba al campo de batalla.

— Amär. — llamó la diosa, pero la mortal ni siquiera la miró Freyja se agachó y con sumo cuidado depósito un beso en la mejilla de Amär — Te extrañaré.

Y en ese mismo instante Freyja tomó forma de águila abandonado su carruaje, el cual seguía volando en el aire, intentando alejarse de la inminente amenaza. Freyja sobrevoló a varios gigantes, tomando altura suficiente como para recuperar su forma humana y lanzando flechas en el aire logró matar a varios del ejército enemigo, y con su cuchillo saex asesinar a unos cuantos más, salvando así a un grupo de valquirias que habían quedado atrapadas entre las feroces criaturas.

La Llegada De FreyjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora