¿Mi Profesor De Matemáticas?-JinMin

Capítulo 12: ¿Y ahora qué?

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Si no fuera tan vago le hubiera pedido matrimonio hace milenios

-Kim SeokJin.

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-Jimin, vamos a almorzar, han terminado las clases, yo invito.-Se alejó de mí y empezó a caminar, no quise rechazar su invitación pues en realidad estaba hambriento, y caminar hasta mi casa me mataría, quizá las noticias dirían "Niño medio muerto medio vivo es encontrado en la vereda, todos pensaron que estaba drogado pero ni respiraba" con una foto mía tirado mientras un perro me miaba. Nono para nada, no quería que la gente tuviera esa imagen de mí.

Fui tras él, en silencio empecé a caminar a su lado, la biblioteca estaba hasta el último de los edificios de la institución, pasamos por el patio uno y por un pasillo cerrado, hasta llegar al bloque de los salones estudiantiles.

-Profesor, debo ir a recoger mi bolso, regreso enseguida.-Empecé a caminar en dirección al curso a nuestra izquierda, me metí allí mientras el profesor me esperaba en la puerta, estaba apoyado en el marco mientras me miraba hacer el ridículo al buscar mis cosas, todos se habían ido, agarré mi bolso y no sabía si en clase de matemática dejaron deberes, miré al profesor y llamé su atención.

-Profesor Kim, ¿Mandó algo de tarea?-Dije esperando no ser masacrado.

-Sí, Park, debes ponerme más atención en clase, no solo pensar en comerme fuera de ella.

Ah, ¡Qué diablos le pasaba, era un creído! ¡¿Qué diablos se creía?! Ni que fuera Brad Pitt, era un ostentoso, nadie me le ha dicho lo mucho que me gusta, y jamás a mí se me notaría algo así.

-¿Qué?-Dije intentando no explotar.

-Que cuando vengas a las 6 a mi casa haremos las tareas, lleva tu cuaderno de apuntes.

Asentí para salir del aula, caminamos unos metros más y de pronto y sin aviso se metió dentro de su oficina, estuve caminando solo como imbécil por un tiempo hasta que volteé, y corrí hacia la oficina para encontrármelo dentro arreglando sus cosas, fruncí el ceño pues me sentía como un imbécil al no haberme dado cuenta y enojado debido a que nunca me advirtió que se iría.

-Señor Kim, ¿Dónde es que se mete usted?

-Jimin, cállate y vámonos, tengo hambre.-Así, sin aviso, salió de la oficina dejándome atrás otra vez.

Caminamos, y caminamos hasta llegar a la última sección del edificio, en donde se encontraban los bloques administrativos, el garaje y la salida, el maestro Kim de inmediato señaló el garaje y caminó hacia él. Me detuve por un momento, era muy raro que un alumno subiera a un auto con un maestro, después pensé que quizá la gente lo interpretaría como si fuéramos solamente amigos, o familia, pensé en un momento en este situación si yo fuera una chica, no la tendría fácil, la gente me tacharía de fácil, sin siquiera saber el contexto, difícil, ahora que lo analizo, ya que soy hombre, estoy seguro que a todos les va a importar un carajo, o quizá menos, el maestro subió a su automóvil, era precioso, de color vino, una camioneta alta, imponente como él, cerré la puerta y nos abrochamos la seguridad, no tardó ni un minuto en arrancar el auto saliendo de aquel instituto.

-Uhm, profesor Kim, ¿Qué iremos a comer?-Dije preocupado, sin saber si quiera a donde me llevaba.

-No lo sé, ¿Deseas algo de comida de mar?-Me quedé pensativo ante esta respuesta.

-Uhm... sí, camarones estarían estupendo.-Suspiré y apoyé mi cabeza en la reposadera de la puerta, miraba hacia la ventana intentando distraerme.