Al tener el alta, Eliza fue con Thomas a comprar comida para el próximo mes y poder regresar a casa, el pequeño disfrutaba del camino a pesar de ser largo, más con la idea de no volver a ver a Michael. Llegaron a la casa y el niño bajo muy emocionado del auto al ver lo grande que era la casa, miro a su madre y la ayudo con las bolsas.
-Entonces, Michael me apuñalo tres veces...
-Podemos dejar de hablar de eso... es estresante pensar que casi te pierdo por hacerle caso a mi madre.
-Lo siento, mamá... pero no es tu culpa, Margaret te manipulo.
-¿Nos escuchaste?- abrió la puerta.
-Ella era una gritona.
-Para tener 7 años eres muy inteligente... y sí gritaba mucho, era horrible cuando entraba a mi cuarto solo para gritarme que llegaba tarde.
-Cambiando de tema... ¿Cómo conseguite la casa?- guardan las compras.
-Un hombre me dio la herencia de la familia de esta casa, ya que la "niñera" nunca apareció.
-¿Entonces estamos solos?
-Oh rayos, no le avise a Brahms...- reacciona.
-¿Quién es?
-Déjame buscarlo y te explico mientras preparo la comida ¿Sí? Elige que comeremos hoy.
Ella sale de la cocina, mientras Thomas saca las cosas que quiere que su madre preparé, aunque notó que había algo en la mesa, una nota "Bienvenido a mi casa, Thomas". Pensando que era de su madre, la agarró, volteó encontrándose a Eliza con un muñeco en brazos, el niño no entendía.
-Él es Brahms...- dijo algo avergonzada.
-Siento que me perdí mucho... Brahms es el muñeco...
-Siéntate, por favor...- dejo al muñeco en otra silla -¿Quieres puré con filete de atún?
-Sí...- se queda mirando al muñeco con detenimiento.
-Bien...- empezó a preparar la comida -¿Cómo te explicó?
-¿Qué hizo esto para que lo traigas a comer?...
-Pues...
Contó la historia de sus tres días en la casa, desde que encontró al hombre hasta que la llamaron del hospital, sin omitir detalle alguno, Thomas la miraba entre sorprendido y asustado hasta que terminó la historia. Sirvió tres platos, puso dos frente al niño y al muñeco y el tercero lo puso en la mesa para buscar una silla vacía, a lo que el jovencito pregunta.
-Entonces... ¿Brahms es un fantasma?
-Creo, pero no sé, con lo de las puertas y el emparedado me hace dudar, sin mencionar que aún no he encontrado la toalla de cuando me corte el pelo.
-Tal vez la escondió en alguna parte.
-Tal vez...- acaricia su mejilla -me alegra poder tenerte commigo de nuevo.
-Yo estoy feliz de que no me dejarás.
-Bueno, come, después debo leerle a Brahms.
-¿Por lo de las reglas?- ella asiente -¿Y si le leo yo? Mientras, no sé... me arreglas un cuarto.
-Cierto, debía tenerlo listo, para cuando volvieras.
-Entonces yo le leeré.
-Bien, come, que se enfría.
Comieron y al terminar, Eliza guardo la comida de Brahms y limpió los platos mientras su hijo se llevaba al muñeco a la biblioteca, el pequeño notó el toca disco, un piano y muchos libros en un alto estante. Su madre ya había subido cuando una silueta se asoma por una trampilla en la pared del salón, viendo al niño elegir un libro de fantasmas para luego sentarse junto al muñeco.
-Mamá dice que le ayudaste mucho mientras no estaba... gracias...- estrecha la mano con el muñeco.
-No sé si te gusten los fantasmas, a mi me encantan, aunque hay historias que te dejan un sabor amargo- escucha una madera crujir.
-¿Hay alguien ahí?...- ve una puertita entre abierta en la pared -¿Eres tú, Brahms?
-No la abras- ante el miedo de que lo viera, no uso la voz de niño.
-¿Porqué? Mamá no esta.
-No soy como esperas...
-No eres un fantasma...- dijo el niño sorprendiendolo.
-¿Cómo lo sabes?
-No te estarías ocultando tras una puerta- dice con gracia.
-Eres muy listo, Thomas.
-Llamaré a mamá...
-No, no puede saber que no soy lo que piensa.
-¿Porqué? Te ha cuidado a través del muñeco y hace caso a las reglas, dijo que casi se desmaya cuando le hablaste por la puerta.
-Si me vieran sería peor... no quiero que me abandonen de nuevo.
-Bueno... si no me dejarás verte, al menos déjame estrechar tu mano, por cuidar de mi madre.
El niño extiende su mano hacía el espacio de la puerta, el contrario saca la mano algo temeroso, ya una vez lo lastimaron cuando lo vieron y no quería que volviera a pasar, Thomas solo tomó la mano y la movió un poco para luego soltarla. Fue por el libro que iba a leer y se lo mostro por el espacio al observador quien, aunque no se veía, mostraba confusión.
-Este es el libro que decía... mamá dice que soy muy joven para esas historias, tal vez diga lo mismo contigo.
-La verdad es que esa ya la escuché.
-¿En serio?
-Mis padres me lo leían cuando no hacía caso a las reglas... siempre hay que seguir las reglas...- dijo lo ultimo en voz baja.
-¿Hay alguna que te guste en especial?
-La portada azul.
-Okay...- busca el libro, pero al voltear la puerta esta cerrada.
-Thomas ¿Quieres que guardé tus minerales?
-Yo los guardo ahora... termino de leer y subo.
-Esta bien.
La madre se fue para seguir arreglando el cuarto mientras el niño se quedaba con la idea de que Brahms lo escuchaba mientras leía, pero él estaba observando a Eliza mientras arreglaba la habitación del niño. Apoyaba la mano en la pared mirando por un agujero en esta con cada vez que ella se agachaba para recoger algo, casi recordando a su madre que ya no estaba para cuidarlo.
-¿Esta mal quererte tanto?...- dice en susurro.
-¿Es egoísta no querer que me dejen por no querer estar solo de nuevo?
-Creo que mi forma de quererte a cambiado...
-Pero lo que no cambia... es que ustedes no se irán de esta casa...
-Ustedes no van a abandonarme como mis padres... que me dejaron con una niñera que huyó con el único que permitía en la casa...
-Ustedes siempre van a estar conmigo... no tendrán que irse.
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Niñera, Madre y Ángel
FanfictionUna mujer que busca un nuevo hogar, un niño que busca una niñera y un hijo con traumas después de un ataque... ¿Acaso se repetirá la historia? ¿Alguien volvera a caer en la locura? ¿O este tendrá otro desenlace? ------------------- Quiero que se en...